Los tejados, verdes o no, son nuestros mejores aliados. La cabeza tiene que estar siempre a buen recaudo del frío y del calor. Un buen techo es algo que nadie nos puede negar. Y, además, en momentos de recreo, un buen refugio es un sueño que deberíamos poder permitirnos.

Hoy estamos en eso. Vamos a imaginar que estamos pasando un día fantástico en el campo, o varios días, por qué no. Paseamos, pero el calor o el frío nos obligan a hacer un alto en el camino ¿bien?. Pues vamos allá.

Ya puestos, elegiremos una lugar con gusto. Y ahí no tenemos reglas, en todo caso limitación de presupuesto, pero reglas no, porque la idea de refugio en sí es romántica y, por lo tanto, cualquier cabaña nos puede servir, por muy destartalada que esté. Aquí lo más importante es acertar con la compañía que se elija para compartir ese refugio. Procurad acertar, porque esos espacios suelen ser pequeños y los días pueden ser muy largos. Feliz escapada.

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