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Nave de Música Matadero Madrid: Germinan plantas y menciones

A veces nuestras preocupaciones cotidianas no nos permiten apreciar noticias que no dejan de ser un soplo de aire fresco. El pasado día 7 de Junio la Nave de Música de Matadero Madrid ha recibido La Mención Especial Arquitecto Emergente en la reciente convocatoria del Premio de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea Mies van der Rohe, que tiene carácter bienal y su principal propósito es reconocer y recompensar la calidad de la producción arquitectónica en Europa y el desarrollo de nuevas ideas.  En esta ocasión se celebró en el marco del 25 aniversario de este evento.



Matadero Madrid constituye un espacio multidisciplinar cuyo objetivo es apoyar los procesos de construcción de la cultura del presente y del futuro. Para ello, rehabilitaron un conjunto de 48 edificios dedicados en su día a realizar funciones de matadero industrial y de mercado de ganado en esa ciudad. Dentro de ese proyecto multidisciplinar, en 2011 se creó la Nave de Música, que albergó la Red Bull Music Academy.  

Se trata de un proyecto ejecutado gracias al trabajo en común de arquitectos, clientes y ciudadanos de Madrid que facilitaron esta labor creando no tanto un edificio, sino una ciudad dentro de un edificio. En el interior de esa ‘ciudad’ se encuentra una verdadera aldea musical, pionera en Madrid de esa nueva arquitectura que trabaja a partir del reciclaje, con limitación de recursos pero sin escatimar en estética o exquisitez.  En ese espacio se puede disfrutar de diversos festivales de música que se arropan con una creación cuyos protagonistas son los jóvenes arquitectos Lantarita y Navarro, en colaboración con el diseñador mexicano Jerónimo Hagerman.




Es una estructura urbana disgregada y donde las plantas, como no podía ser de otra manera, tienen también su espacio y bien marcado.  Lo han llegado a definir como “una especie de vivero de energía musical”y  en él germinan también las plantas. No puede haber una combinación más creativa y alentadora.  Es como entrar en un fantástico invernadero de 4.000 metros cuadrados con mucha vida y, desde luego, con mucha música a través de sus festivales,  de estudios de grabación, sala de conferencias, estudio de directo, de edición, sala de control, etc. Son un total de ocho módulos dedicados a la música y rodeados de plantas y árboles. Para aquellos que no tengan oportunidad de visitarlo, siempre nos quedarán estas imágenes que ayudan a situarse en un espacio tan singular. Enhorabuena a sus creadores por esa prestigiosa mención.


Foto Bernardo Pérez 

Foto Bernardo Pérez
Foto Bernardo Pérez
Imágenes no acreditadas © Matadero Madrid


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