De color púrpura oscuro crece al final de los manos de los plátanos, colgando como una auténtica joya. Es la flor de la Musa x paradisiaca (Bananero o platanero) que ayer tuve la suerte de encontrar, como un regalo de cumpleaños, en el Jardín Botánico de Valencia. El género está compuesto por unas 50 especies de confusa taxonomia, debido a las hibridaciones a que son sometidas.
Como las demás especies de Musa, la banana carece de verdadero tronco. En su lugar, posee vainas foliares que se desarrollan formando estructuras llamadas pseudotallos, similares a fustes verticales de hasta 30 cm de diámetro basal que no son leñosos, y alcanzan los 7 m de altura. Solo las flores hembras producen frutos y las que no son productivas caerán. La parte más tierna de esa flor es utilizada como verdura en algunas cocinas asiáticas. No se conserva, por lo que hay que consumirla fresca.
