La zanahoria silvestre (Daucus carota) la reina de los campos abandonados, de los bordes del camino, al menos para mí lo es. Considerada como planta ruderal, su vistosa inflorescencia y su altura (hasta 1 metro) le dan un interesante valor ornamental en el jardín. Pero también tiene el mérito de ser el origen de una de las más conocidas hortalizas, la segunda que más se consume después de la patata.
Al parecer, la gran amplitud ecológica de la zanahoria silvestre (Daucus carota ) le ha permitido adaptarse a los lugares más insospechados y se puede encontrar en zonas costeras, soportando altos niveles de salinidad. También suele aparecen en zonas de montaña de hasta 2000 metros de altura y no es extraño verlas en las riberas de ríos norteños o en los áridos campos de Castilla.
Es una de las plantas más complejas de la familia de las umbelíferas, de hecho, se han nombrado 11 subespecies, siendo realmente difícil, salvo para los expertos, reconocer cada una de ellas. Las flores solitarias, blancas o rosadas, son diminutas y se reúnen en una umbela de umbelas, que se va cerrando progresivamente a medida que los frutos maduran, para proteger así las semillas.
Hoy en día la zanahoria silvestre se encuentra en todos los continentes, debido a la facilidad con que se dispersan las semillas, que poseen cerdas de fácil adherencia a los animales (zoocoria).
Selección artificial, hibridaciones y mutaciones
Pero su raíz nada tiene que ver con la de la zanahoria que todos conocemos, ya que el tubérculo es mucho más pequeño y blanco.
La selección artificial, hibridaciones y mutaciones durante siglos se han encargado de producir la hortaliza que se cultiva y consume en la actualidad. El origen se sitúa en Europa, aunque su distribución está en los continentes boreales (holárquica): África del Norte, Europa, parte de Asia y Norteamérica hasta llegar al norte de México.
Se cree que todo comenzó hace al menos 5.000 años, en la región de Afganistán. Allí se cultivaban variedades de reducido tamaño y colores oscuros. Los griegos y romanos la mejoraron, pero ese aspecto rudo no desapareció hasta el siglo XVII, cuando los horticultores holandeses hibridaron las zanahorias más claras del norte de África con esas raíces oscuras de las de Europa. Fue entonces cuando las zanahorias naranjas que conocemos y consumimos ahora comenzaron su viaje por el norte de Europa y Estados Unidos, continuando, en el siglo XIX, por el sur de Europa.
Zanahoria silvestre (Daucus carota) en el jardín
La zanahoria silvestre (Daucus carota) es una planta herbácea bienal poco exigente, que podemos cultivar en el jardín a partir de semillas de agosto a octubre o de febrero a abril.
Conviene situarla a pleno sol y, aunque no es exigente en cuanto al tipo de suelo, conviene que sea drenante. Florece desde mediados o finales de la primavera hasta bien entrado el otoño.
El encaje de sus inflorescencias de esta herbácea bienal, la convierten en una planta ideal para cultivar en borduras de estilo silvestre, informal y naturalista. También es adecuada para jardines con esquemas de plantación que favorecen la biodiversidad, ya que sus flores son ricas en néctar y polen que atraen a una amplia variedad de insectos, incluidas abejas y escarabajos; y produce semillas que sirven de alimento a los pájaros.