Pero ¿Qué haces ahí con la que está cayendo? Eso es lo primero que nos viene a la cabeza cuando vemos plantas en un balcón en un día de verano, un día de esos en los que el calor sofocante rebota en el asfalto y deja en silencio durante unas horas a las grandes ciudades.
Yo no estoy viviendo esa escena en estos momentos, pero lo he sufrido en muchas ocasiones y la reproduzco ahora viendo las fotos de algunos balcones de Valencia, Madrid o Barcelona.
Terrible calor, sí, pero la mayoría de las plantas son valientes y sobreviven con dignidad (más o menos destartaladas, pero con dignidad) los infernales veranos de la gran ciudad, incluso cuando se quedan unos días solas, porque sus cuidadores se ausentan para disfrutar de las vacaciones.
Plantas asomadas en los balcones, con frio y con calor. Con lluvia y con sequía. En barrios exclusivos y en los populares. Todas, siempre, siempre, con mucho arte.