Entienden que la sostenibilidad en los jardines comienza con el suelo: “La salud de los suelos, la sanidad animal y, en última instancia, la salud humana están todos unidos”.
Es lo que opinan The Land Gardeners o, lo que es lo mismo, Bridget Elworthy y Henrietta Courtauld, diseñadoras de jardines que han logrado un gran reconocimiento en sus proyectos para el diseño de jardines amurallados y el cultivo de flor cortada. Su pasión es el suelo y su bandera el cultivo orgánico.
La ciencia del suelo y el cultivo orgánico
Ambas se conocieron hace años en la guardería de sus respectivos hijos. Estudiaron diseño de jardines en diferentes centros. Posteriormente, mientras Henrietta Courtauld trabajaba con diseñadores de jardines de reconocido prestigio, Bridget Elworthy se trasladó a Nueva Zelanda, su país natal, donde se especializó en el cultivo de flor cortada y experimentó con la jardinería biodinámica en su granja familiar.
El marido de Bridget dirige una empresa dedicada a la agricultura sostenible y la gestión del suelo, lo que justifica que la pareja tenga desde hace muchos años un interés especial en la ciencia del suelo y el cultivo orgánico.
Flores, talleres y diseño de jardines amurallados
En 2008, el matrimonio Elworthy compró una casa de estilo jacobino restaurada, ubicada en la localidad británica de Banbury, en el condado de Oxfordshire. La casa, Wardington Manor, tenía además tiene 12 hectáreas de terreno que incluían un jardín victoriano.
En el jardín amurallado comenzó el cultivo orgánico de flor cortada. Fue en 2013 cuando Bridget y Henrietta decidieron unir fuerzas y crear juntas su proyecto, que incluye el cultivo orgánico y venta de flor cortada y el diseño de jardines productivos de estilo romántico y silvestre. Se han especializado en la restauración de jardines amurallados y jardines históricos en Inglaterra, Francia, Italia, Nueva Zelanda y Zimbabwe.
Periódicamente organizan e imparten cursos, talleres y charlassobre diferentes temas de jardinería orgánica y biodiversidad. Desde talleres para enseñar métodos de compostaje y la importancia de la salud del suelo; pasando por talleres que muestran como diseñar, planificar y administrar el propio jardín. El cultivo de dalias ha tenido su espacio también en esas actividades, así como el curso de rediseño del jardín, donde se muestra como volver a sembrar y gestionarlo, incorporando elementos productivos como frutas, verduras y flores cortadas.
Sus cubos con flores llegan cada semana a floristas de Londres y a clientes particulares que pueden, incluso, inscribirse al servicio llamado “bucket scheme”, que permite dejar el cubo vacío en la puerta para que sea llenado con las flores que se han cortado esa semana.
Cultivo orgánico en un jardín bucólico. Las manos y los pies en suelo sano y fértil; y las flores en el cubo o el jarrón. Me gusta.
FOTOS | CLIVE NICHOLS Y THE LAND GARDENERS