Razones no le faltan para ser uno de los narcisos más populares y utilizado ampliamente en los jardines ingleses. Narcissus ‘Thalia’ es un cultivar de narciso clásico obtenido en los Países Bajos en 1919, famoso por sus vistosas y duraderas flores blancas con delicada fragancia, que decoran jardines y jarrones sin apenas necesitar cuidados.
Narcissus ‘Thalia’ es un narciso multigalardonado y su popularidad surgió desde su presentación en 1916, cuando se registró en los Países Bajos. Pronto fue apodado como Orchid Narcissus (Narciso Orquídea) por su elegante porte. Presenta hasta cinco flores blancas colgantes por tallo, con tépalos curvados y una delicada corona en forma de copa. La fragancia de sus flores es delicada, pero inconfundible. Una semblante aparentemente delicado que contrasta con la resistencia de esta variedad de narciso.
Con una altura de entre 30 y 35 cm, Narcissus ‘Thalia’ es uno de los pocos narcisos cuyas flores abren a blanco puro y está incluido en la clasificación hortícola de Narcisos triandrus, que corresponde a aquellos cultivares derivados de la especie botánica Narcissus triandrus, un narciso nativo de la Península Ibérica y el noroeste de Francia. Los narcisos de este grupo hortícola presentan de 2 a 6 flores de copa pequeña, cuyos tépalos pueden estar inclinados hacia atrás.
Florece en abril o mayo, dependiendo de la zona, un poco más tarde que muchas variedades de narciso, especialmente el primer año. A cambio, ofrece flores con una dulce y delicada fragancia, que además son duraderas, no solo en el jardín sino también en el jarrón.
Con el tiempo se naturaliza muy bien, volviendo año tras año, siempre y cuando plantemos los bulbos en el lugar adecuado, ya que la elección del sitio es importante y debe cumplir dos requisitos básicos. Por un lado, la luz. Los narcisos se encuentran entre las flores que miran hacia el sol, por lo que si no seleccionamos la ubicación correcta, sus flores nos darán la espalda. Además de una situación soleada o en semisombra, es necesario que el suelo tenga un buen drenaje, porque el suelo empapado es lo único que no soporta.
En el jardín
Como todas las plantas bulbosas de flor de primavera, los bulbos de narciso se plantan en otoño, cuando el suelo se haya enfriado. En este caso, se deben situar en una zona soleada y enterrar los bulbos muy profundos, entre 12-15 cm de profundidad, y a una distancia de 15 cm. Ver más en: Plantar bulbos de flor en otoño, los heraldos de la primavera.
Una vez plantados no necesitan ningún cuidado. Si fuera necesario, después de cuatro o cinco años se pueden desenterrar y dividir en julio o agosto.
Después de la floración podemos cortar las cabezas de las flores, pero no debemos retirar las hojas hasta que se hayan secado. Lo correcto es dejar que la planta siga su proceso sin interrumpir el descanso, ya que en esa fase del ciclo las hojas verdes transfieren a los bulbos sus reservas de almidón, unos nutrientes que son fundamentales para la futura floración. A medida que la transferencia de nutrientes avanza, las hojas van perdiendo color, hasta llegar a esa tonalidad amarilla que nos da la pista de que ya es el momento de cortar el follaje.
Si se plantan juntos un buen número de bulbos de Narcissus ‘Thalia’, en la siguiente primavera se obtiene un grupo instantáneo de flores que ofrecen una generosa exhibición con apariencia de plantación madura. También se puede optar por espaciarlos más y permitirles formar sus propios grupos con el paso de algunas temporadas.
En el jardín, estos narcisos son muy adecuados para plantar en parterres y borduras, jardines de roca, alrededor de arbustos, en áreas naturalizadas o debajo de árboles de hoja caduca. También presentan una excelente exhibición si se cultivan en macetas o contenedores. Por supuesto, son una elección acertada si queremos crear un jardín de primavera lleno de flores blancas con bulbos de flor.
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