Amaranthus ‘Garnet Red’ | Foto © Fernando Ruz |
Con penachos de flores como plumas erguidas, o con borlas largas y péndulas de pequeñas flores. Sin duda, la apariencia exótica de esta planta herbácea anual de fácil cultivo y mantenimiento aporta un preciado valor ornamental en el jardín soleado. Pero el amaranto (Amaranthus) también es uno de los cultivos de cereales más antiguos, que fue domesticado hace más de 4.000 años por culturas precolombinas y de allí posiblemente se difundió a otras partes del mundo.
Efectivamente, los amarantos eran un alimento básico de los aztecas e incas y las plantas todavía se cultivan hoy como fuente de alimento en América del Sur, África, China, India, Nepal, Pakistán y el Tíbet. Actualmente, el amaranto (Amaranthus) se usa más comúnmente como harina alta en proteínas sin gluten en panes y cereales.
El género Amaranthus
El amaranto es una planta herbácea anual perteneciente a la familia de las amarantáceas (Amaranthaceae) y al género Amaranthus, con 95 especies aceptadas, de las cuales la mayoría son nativas de América y sólo 15 especies provienen de Europa, Asia, África y Australia. Lo cierto es que taxonómicamente aún existen discrepancias y alguna confusión debido a la semejanza entre muchas de las especies, así como a la amplia dispersión y distribución geográfica de este género. En la Península Ibérica y Baleares se citan varias especies, la mayoría introducidas y naturalizadas, habituales en campos de cultivo, bordes de caminos y lugares alterados. Algunas de ellas están incluidas en el Atlas de las Plantas Alóctonas Invasoras, pero en esa lista no está incluida A. cruentus, una de las especies más utilizadas para cultivo ornamental.
Por lo general son hierbas tupidas y erguidas de 90-130 cm de altura, pero también hay algunas especies con forma postrada. Su raíz es pivotante, con abundante ramificación y múltiples raicillas delgadas que se extienden rápidamente una vez que el tallo comienza a ramificarse.
Nervaduras en el envés de la hoja de amaranto (Amaranthus) |
Inflorescencias de Amaranthus cruentus | Foto © RHS / Tim Sandall |
El tallo es cilíndrico y anguloso con gruesas estrías longitudinales que le dan una apariencia acanalada. Las hojas son pecioladas, opuestas o alternas con nervaduras prominentes en el envés.
La inflorescencia del amaranto corresponde a espigas muy vistosas, terminales o axilares, que pueden variar de totalmente erectas hasta inclinadas (decumbentes), con tonalidades que van del amarillo, anaranjado, café, rojo, rosado hasta el púrpura. Florecen desde junio hasta mediados de otoño.
Una planta útil
El valor ornamental del amaranto (Amaranthus)se queda pequeño, si lo comparamos con su valor como planta comestible y su interés etnobotánico.
El amaranto de grano fue domesticado en América por culturas precolombinas hace más de 4.000 años y de allí posiblemente se difundió a otras partes del mundo. Se cultivó junto al maíz, frijol y calabaza por los Aztecas en el valle de México; por los Mayas en Guatemala y por los Incas en Sudamérica, tanto en Perú y Bolivia como en Ecuador junto a la papa, maíz y quinua. En la actualidad, solo se utilizan tres especies de amaranto para la producción de grano: A. cruentus, A. caudatus y A. hypochondriacus.
Los amarantos como verdura de hoja fueron utilizados en América y en otras partes del mundo desde la prehistoria.
Las cualidades tintóreas del amaranto permiten que esta planta se utilice también como colorante alimentario y textil.
Amarantos en el jardín
No hay que despreciar el valor ornamental de los amarantos, especialmente aquellas especies que se han “domesticado” para el jardín, obteniéndose numerosas variedades mejoradas para cultivo ornamental y hortícola.
Puesto que los amarantos son plantas anuales, generalmente se cultivan a partir de semillas a principios de primavera. Al ser plantas originarias de climas cálidos, en regiones frías es mejor sembrarlas en interiores, alrededor de seis a ocho semanas antes de las últimas heladas, para poder plantarlas sin problema. También se pueden sembrar directamente en el jardín, pero hay que hacerlo cuando el suelo haya comenzado a calentarse en primavera. Se dejan unos 20-30 cm entre semillas o plantas una vez que estén listas para salir después de endurecerse. Una vez establecidas, los amarantos se auto-siembran con facilidad, lo que en ocasiones requiere algún deshierbe adicional.
Amarantos (Amaranthus) en Morton Hall Gardens (Kitchen Garden) | Foto © Clive Nichols |
Amarantos (Amaranthus) y girasoles (Helianthus annuus) en Morton Hall Gardens (Kitchen Garden) | Foto © Clive Nichols |
El amaranto es muy fácil de cultivar y mantener. Crece mejor si se sitúa a pleno sol. Prefiere suelos moderadamente fértiles –la especie A. caudatus puede tolerar suelos pobres– y bien drenados. No le gusta el riego excesivo, de hecho, el amaranto es tolerante a la sequía, pero durante el verano es conveniente regar regularmente si queremos prolongar la floración.
A los pulgones les gustan especialmente los amarantos, por lo que es posible que necesitemos realizar algún que otro control para combatirlos.
Espectaculares inflorescencias y colorido follaje
Amaranthus caudatus ‘Mira’ | Foto © Floret Flower Farm |
Los amarantos se suelen dividir en dos grandes grupos en función de su inflorescencia: • Especies que tienen espigas de plumas erguidas
Amaranthus tricolor ‘Joseph’s Coat’ | Foto © Fernando Ruz |
Amaranthus caudatus ‘Coral Fountain’ | Foto © Floret Flower Farm |
Amaranthus cruentus ‘Hot Biscuits’ | Foto © Floret Flower Farm |
Amaranthus cruentus ‘Autumn Touch’ | Foto © Floret Flower Farm |
Amaranthus cruentus ‘Green Tails’ | Foto © Floret Flower Farm |
Amaranthus caudatus ‘Mira’ | Foto © Floret Flower Farm |
Amaranthus cruentus ‘Red Army’ | Foto © RHS / Tim Sandall |
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