Razones no le faltan a las plantas del género Eryngium para ser admiradas por muchos jardineros. Al fin y al cabo, proporcionan estructura y color en el jardín, flores para arreglos y alimento para las abejas. Son las estrellas del verano y brillan con luz propia cuando muchas plantas estivales de floración temprana comienzan a decaer.
Género Eryngium
El género Eryngium comprende alrededor de 250 especies de hierbas anuales, bienales o perennes, rara vez subarbustos, a menudo con un color azulado o violeta, y se distribuye por Eurasia, el norte de África, así como el norte y el sur de América. Es probablemente el género con mayor número de representantes de la familia Apiaceae, la misma que la de otras plantas umbelíferas tan populares como las zanahorias, el perejil o el apio.
A diferencia de otros géneros de la familia de las apiáceas, las brácteas de las plantas del género Eryngium rodean un capítulo en lugar de una umbela primaria y las bractéolas axilan una sola flor, dentro de cada capítulo, en vez de rodear la umbela secundaria, tal y como se indica en la publicación del proyecto Flora Ibérica.
En la naturaleza
Eryngium es probablemente el género con mayor número de representantes de la familia, ya que comprende unas 245 especies aceptadas, que se distribuyen por Eurasia, el norte de África, así como el norte y sur de América.
En la Península Ibérica se encuentran 16 especies y un híbrido natural (Eryngium bougartii x E. campestre). Entre ellas, se incluyen algunas especies muy utilizadas en jardinería, como E. bougartii (cardo azul). Muchos estamos familiarizados con una de las especies más habituales por nuestros campos, E. campestre (comúnmente conocido como cardo corredor), o en dunas y arenales marítimos, como E. maritimum (cardo de mar o cardo marino).
Eryngium en el jardín
En el jardín, estas plantas ofrecen un larga temporada de interés. La mayoría son especies vivaces y comienzan a formar las rosetas de hojas en primavera. De los conos cerrados de color verde, en verano surgen las grandes flores y las brácteas espinosas.
Las llamativas cabezas de flores verdosas, plateadas o azuladas de las plantas de Eryngium, que se presentan adornadas con vistoso collar de brácteas y coloridos tallos que las realzan, suelen tornarse hacia el dorado a medida que envejecen, lo que prolonga su interés en el jardín prácticamente hasta que comienzan a desvanecerse. La planta desaparece totalmente en el invierno y, asegurando un buen drenaje si lo requiere el terreno, volverá la siguiente primavera.
Llamativas cabezas de flores que atraen miradas y polinizadores
Pero, además de la estructura y color que dan valor a estas plantas, hay que un aspecto importante a tener en cuenta también, y es que sus flores son ricas en néctar y polen, lo que alienta la visita de abejas y otros polinizadores, favoreciendo con ello la biodiversidad en el jardín.
Siempre a pleno sol
Sol, ese es el requisito más exigido, por lo que hay que situar esta planta siempre a pleno sol. En general, todas las especies de Eryngium prefieren un suelo bien drenado. Prosperan en suelos de grava pobre que imitan las condiciones de su hábitat natural y pueden tolerar la cal. Para evitar la podredumbre, es mejor quitar el follaje muerto de alrededor de la corona antes de que empiece el invierno frío y húmedo.
Múltiples aplicaciones en el jardín
Son múltiples las aplicaciones de esta planta en el jardín, que tiene como buenas compañeras a gramíneas ornamentales y herbáceas perenes (vivaces). Funciona bien en rocallas y jardines de grava, en borduras de herbáceas o en solitario.
Además, las inflorescencias de Eryngium son muy apreciadas en floristería. Si queremos utilizarlas, solo es necesario cortar y colgar boca abajo durante el invierno para que se seque antes de hacer los arreglos.
En los últimos años, las selecciones obtenidas presentan cultivares con cabezas de flores cada vez más grandes y azules, lo que aumenta sus posibilidades en el diseño de plantación de jardines. Lo cierto es que no se puede pedir más.
Dos grandes grupos de Eryngium en cultivo según la forma de sus hojas
Un gran número de especies de Eryngium cultivadas para uso ornamental proviene de Europa, aunque hay también varias especies americanas. Todos tienden a tener cabezas de flores parecidas a las de los cardos, rodeadas por un collar de brácteas puntiagudas. Pero es la forma de sus hojas lo que sirve para establecer dos grandes grupos de Eryngium.
Las hojas de las especies europeas suelen ser redondeadas o lobuladas. Pueden ser de color verde brillante o azul verdoso y, a menudo, tienen vetas blancas muy atractivas. Las hojas de las especies americanas son largas, con forma de espada y dentadas.
Especies de Eryngium europeas
La mayoría de las especies de Eryngium europeas son plantas muy resistentes (hasta -15ºC), lo que permite cultivarla en cualquier área del jardín. Posiblemente, la especie más utilizada sea Eryngium bougartii, nativa de los Pirineos, con hojas en blanco marmoleado muy divididas y flores azul verdoso. El híbrido relacionado, E. × zabelii (cruce entre E. alpinum y E. bougartii) tiene algunos cultivares destacados, incluido ‘Neptune’s Gold’; ‘Donard Variety’ y ‘Jos Eijking’.
Hay una especie europea que hizo muy popular la horticultora británica Ellen Willmott. Me refiero a Eryngium giganteum, también conocida como ‘Miss Willmott’s Ghost’, una especie bianual que ella admiraba y cuyas semillas solía esparcir a escondidas en los jardines que visitaba, sabiendo que, dos años después, sus flores sorprenderían al propietario, que se preguntaba de dónde había salido esa planta.
- Ver más en: Ellen Willmott, horticultora y jardinera
Especies de Eryngium americanas
Las especies de Eryngium americanas proporcionan el factor sorpresa debido a su altura, silueta y aspecto exótico de sus hojas largas y dentadas. Un buen ejemplo es Eryngium pandanifolium, originaria de Sudamérica (sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina) y naturalizada en Portugal (cuenca baja del río Mondego). Con tallos muy atractivos y ramificados con numerosas cabezas de flores pequeñas, E. pandanifolium es una planta que proporciona estructura a los bordes y se puede cultivar también como ejemplar independiente.
Otro vistoso Eryngium americano es E. yuccifolium, originario de las áreas de praderas de gramíneas altas del centro y este de América del Norte. A finales del verano, en pleno apogeo de esta esbelta planta, las flores se presentan de color blanco verdoso. Más tarde, en invierno, cuando la planta ya esta completamente inactiva aporta al jardín los atractivos tonos pajizos oscuros y tostados tan característicos de este género de plantas.
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