Un verdadero placer rendir homenaje a los versátiles iris o lirios barbados que iluminan soleadas borduras de herbáceas, que encajan como un guante en jardines al más puro estilo cottage o en destacan en cualquier esquema de plantación contemporáneo. Son plantas que soportan estoicamente las bajas temperaturas invernales, tanto como las condiciones de calor y sequía en el verano.
Nada nuevo, porque tienen una larga historia que avala sus cualidades, pero lo cierto es que cada primavera conviene recordar a estas plantas, que suelen vivir en los jardines por mucho tiempo porque no son nada exigentes, aunque sí muy resistentes. Pero olvidaba lo más llamativo. A todo eso hay que añadir sus perfumadas flores, que aparecen, año tras año, en primavera y hacia principios del verano.
Parece casi una falta de respeto hacia los iris barbados dejar para el final de la introducción las cualidades de sus flores, pero en los tiempos que corren nuestra escala de valores se invierte y resulta casi inevitable fijar nuestra atención en todas las características que aluden a su resistencia y condiciones de cultivo. Esto es así, al menos para quienes tenemos que pensar en jardines de secano como opción sostenible. Además, para qué engañarnos, sus flores no necesitan presentación, hablan por si solas.
Iris o lirio barbado (Iris x germanica)
Iris es un admirado género de plantas herbáceas bulbosas o rizomatosas que incluye 299 especies aceptadas, cuyo rango nativo se encuentra en las regiones templadas del hemisferio norte. Para facilitar su clasificación hortícola, las especies de este género se suelen dividir en dos grandes grupos: Iris rizomatosos ( Iris barbados, I. lampiños, I. crestados) e Iris bulbosos (Iris Juno, I. Reticulata e I. Xiphium).
Dentro del grupo de los iris rizomatosos, cuando hablamos de iris o lirios barbados, generalmente nos estamos refiriendo a Iris x germanica y sus numerosos cultivares.
Iris x germánica es una especie originada por hibridación natural entre Iris pallida e I. variegata en el noroeste de la Península de los Balcanes, e introducida para su cultivo como ornamental desde muy antiguo en todo el mundo.
Hoy en día, esta bella planta está ampliamente naturalizada en regiones cálidas y secas del Mediterráneo y en Oriente Medio, donde crece espontánea en bordes de caminos y terrenos alterados, gracias la fragmentación de los rizomas o tras el abandono de su cultivo. En España se encuentra en gran parte de la península y en Baleares.
La mayor parte de los lirios cultivados para jardín proceden de esa especie, también conocida, entre otros nombres vernáculos, como lirio azul o lirio común. Pero el color azul ya se queda corto, porque los lirios barbados ofrecen una paleta cromática increíble, especialmente gracias a los numerosos híbridos obtenidos para su cultivo en el jardín.
Descripción del iris o lirio barbado
Cuando tenemos que seleccionar algún cultivar de lirio barbado, los criterios de búsqueda harán relación a algunos términos que se identifican con la descripción o características de esta planta.
Pétalos: la parte de arriba de la flor; cada flor tiene 3 pétalos que se extienden erectos y se doblan sobre la parte fértil de la flor
Sépalos (alas): la parte de abajo de la flor; cada flor tiene 3 sépalos extendidos y curvados hacia fuera.
Barbas: son unas excrecencias de pelos unicelulares creciendo arriba de los sépalos; de muchos colores distintos según las variedades , las barbas constituyen un elemento decorativo.
Estilos: son visibles entre los sépalos y pueden constituir un elemento decorativo.
Bohordo: Tallo herbáceo sin hojas que sostiene las flores. Según la categoría, el tamaño del bohordo varía entre 15 cm y 1,20 m.
Ramificación: La ramificación del bohordo debe ser regular para que cada flor se pueda abrir correctamente.
Sustancia: Se refiere a la textura de los pétalos y sépalos. Contribuye a la robustez de la flor.
Rizoma: parte carnosa y subterránea de la planta que le permite resistir durante el invierno. No es una raíz, sino un tallo adaptado, que envía raíces hacia el suelo para anclar la planta y produce brotes de sus lados, desde donde se desarrollan los abanicos de hojas y tallos florales.
Siembra: Se obtienen las nuevas variedades a partir de semillas después del cruce. También se usa para nombrar las variedades todavía no registradas.
La estructura de la flor
La extraordinaria belleza de la estructura de esta flor merece un capítulo aparte. Se llaman iris o lirios barbados debido a esa hilera de pelos cortos (la barba) ubicados en la parte posterior de los 3 pétalos inferiores o sépalos (las alas) extendidos y curvados hacia fuera, una característica que los distingue de otros iris (como los iris siberianos), que carecen de esta estructura. Una barba, por cierto, que puede ser de colores brillantes en contraste con los sépalos (las alas) que caen con sutileza arqueándose hacia afuera y se mantienen en consonancia con los otros colores presentes en la flor.
La naturaleza hizo su parte y los hibridadores rizaron el rizo (a veces literalmente), por lo que hoy es posible encontrar iris barbados en toda la gama cromática, desde flores de un solo color o bicolores, a flores en diferentes tonos de pétalos y sépalos, a veces en colores que contrastan.
Temporada de floración
La floración puede ser temprana, media temporada o tardía. Entre la floración de las variedades más tempranas y las más tardías pueden transcurrir 5 semanas.
Generalmente, en las zonas más templadas las variedades tempranas comienzan a florecer a principios de mayo. Dependiendo de si la primavera se presenta fresca o calurosa, la floración puede adelantarse o retrasarse algunos días.
Atendiendo a la temporada de floración, encontraremos un grupo de iris barbados que han demostrado ser capaces de volver a florecer después de que la temporada de floración inicial haya pasado, por lo que suelen describirse como «remontantes» – Iris remontantes (R)-, una repetición que no solo depende de la composición genética de la planta, sino también de los caprichos del clima y las condiciones del suelo.
Clasificación hortícola según la altura
Los iris se clasifican generalmente según la temporada de floración, la altura y el color de la flor. El tamaño del lirio se mide del tallo floral al final de la flor.
Si atendemos a la altura de los iris barbados, estos se clasifican en 6 grupos.
Su tiempo de floración se correlaciona ampliamente con el tamaño. Así, los iris barbados en miniatura enanos son los primeros en florecer y los iris de borduras y los altos son los últimos. Siempre, con mayor variación en el tiempo de floración dentro de cada clase. Aunque las floraciones individuales son fugaces, al elegir los iris con diferentes periodos de floración se puede lograr una sucesión de color durante la temporada del iris.
Iris barbados altos (TB) : más de 70 cm, la mayoría alrededor de 90 cm, pero algunos incluso más altos. El período de floración va desde finales de abril hasta principios de junio. Dentro de ese rango, los TB se clasifican en floración temprana (E), media (M) o tardía (L).
Iris barbados altos en miniatura (MTB) : menos de 70 cm. Florece al mismo tiempo que el iris barbado alto, pero tienen tallos más cortos y flores más pequeñas, lo que las hace más adecuadas para lugares expuestos al viento.
Iris barbados de bordura (BB) : menos de 70 cm. Florece al mismo tiempo que el iris barbado alto, pero tienen tallos más cortos y flores más pequeñas, lo que las hace más adecuadas para lugares expuestos al viento. Como su nombre indica, son los más adecuados para incorporar a las borduras de herbáceas mixtas.
Iris barbados intermedios (IB) : menos de 70 cm. El tiempo de floración va desde el último de los lirios enanos estándar hasta el más antiguo de los lirios barbudos altos.
Iris barbados enanos estándar (SDB) : menos de 38 cm. Floración temprana (junto con narcisos y tulipanes).
Iris barbados enanos en miniatura (MDB) : menos de 20 cm. Floración muy temprana (justo después de los Crocus). Necesita un período de frío definido para florecer adecuadamente.
Iris o lirios barbados en el diseño de jardín
Históricamente, los lirios barbados se cultivaban a menudo en camas especiales o fronteras separadas del resto del jardín. Esta tendencia se va modificando y los iris barbudos se van incorporando al diseño de plantación del jardín desde diferentes perspectivas en función del grupo al que pertenecen.
En las borduras de herbáceas, los montículos ordenados de Iris de bajo crecimiento (Iris barbado enano), por ejemplo, se sitúan en la parte delantera de la frontera, mientras que el Iris intermedio combina bien con otras perennes de tamaño similar y lucen más colocados frente a plantas vivaces o arbustos más altos. El iris barbado miniatura es algo más delicado y requiere que lo situemos en la parte delantera de la bordura. Los iris barbados más altos es preferible agruparlos de forma aislada en grupos de 2 o 3.
Las rosaledas también proporcionan un excelente telón de fondo para los iris barbados más altos. Por supuesto, todos los iris barbados funcionan bien en los jardines con plantación de secano, del mismo modo que lo hacen en cualquier patio o jardín urbano siempre que sean soleados.
Si queremos cultivar los iris barbados en maceta o contenedor, el iris barbado enano miniatura es el más adecuado. Si queremos cultivar en maceta iris barbados de mayor tamaño, tendremos que asegurarnos de que la maceta o contenedor sea lo suficientemente grande como para permitir la expansión del rizoma.
El iris barbado alto miniatura es la mejor opción para flor cortada. En este caso, los tallos florales (bohordo) deben cortarse con el botón superior empezando a abrirse.
Cultivo y cuidados básicos
Mucho calor, mucho sol y muy buen drenaje
El iris o lirio barbado disfruta de una posición soleada que garantice que los rizomas están respaldados por una buena dosis de sol, necesario para estimular la aparición de las flores.
Esa es una de las principales razones por la que a menudo se encuentra una cama dedicada solo al iris, especialmente en aquellas regiones donde el sol no se deja ver con demasiada frecuencia. Crecen bien en cualquier tipo de suelo neutro o alcalino, siempre que esté bien drenado.
Plantar mejor en verano
El iris barbado es mejor plantarlo en verano. Los mejores meses de plantación son de julio a octubre, lo que permite que se establezcan antes de que llegue el invierno.
Una vez recibidos hay que sacar los rizomas inmediatamente del embalaje y plantarlos como máximo en un plazo de 5-6 días. Cuando se compra en macetas, hay que asegurarse de que esté plantado a la misma profundidad que estaban en la maceta. Si se compra como un rizoma desnudo, debemos remojar el rizoma en agua durante unos minutos antes de plantar.
Tolerantes a la sequía, pero a veces hay que regar
Aunque los iris barbados son generalmente muy tolerantes a la sequía, los expertos advierten que hay ocasiones en que nuestros iris necesitarán agua:
Conviene mantener la tierra húmeda, pero no empapada, después de la primera siembra hasta que las raíces se hayan afianzado, lo que sabremos cuando las nuevas hojas del centro se aproximan. Esto generalmente sucede a las 2 o 4 semanas. Una vez establecido, se puede reducir el riego hasta que las lluvias de otoño e invierno se ocupen de ello.
Durante los períodos de sequía (de más de tres o cuatro semanas de duración), hay que darle un buen riego profundo cada 3 a 4 semanas, dependiendo de la temperatura. Es particularmente importante que los iris obtengan agua durante los comienzos de la primavera, pero en general, si hay suerte, el clima se encargará de eso sin necesidad de que tengamos que intervenir.
Un poco de abono
Conviene fertilizar a principios de primavera y, de nuevo, después de la floración, evitando el exceso de nitrógeno, que puede causar pudrición.
Después de la floración
Hay cortar los tallos de las flores gastadas, a menos que se desee que la planta produzca semillas. Pero no debemos cortar las hojas después de la floración, puesto que son necesarias para alimentar el desarrollo de los capullos de flores del próximo año.
Dividir cada 3 o 4 años
Es conveniente dividir el iris barbado cada 3 o 4 años para que no sufra la planta madre y controlar la expansión, puesto que ya es sabido que pueden llegar a ser muy invasivos. Hay que tener en cuenta que el corazón de un iris maduro puede volverse leñoso e improductivo después de unos años.
También se pueden dividir cuando ya florecen menos o cuando observamos que las flores disminuyen de tamaño.
Después de la floración, se levanta el rizoma con las púas de un escardillo. Se cortan los rizomas sanos y jóvenes en el borde de la planta y se desecha el centro leñoso. Volvemos a enterrar las nuevas plantas de inmediato, recortando el follaje a unos 12 cm. Esto evita que las plantas se muevan con el viento.
En invierno
Cuando llega el invierno, debemos retirar las hojas muertas, ya que albergan plagas y enfermedades.
Y vuelta a empezar. Llegará la primavera y, antes de que el calor apriete y se acerque el verano, los iris barbados volverán a regalarnos esas flores únicas.
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