Selene, la hija de Virginia Molina y Pedro Urbano, actuales propietarios de esta vivienda, nos presenta así el patio de su familia, llamado Patio Vesubio, y a veces conocido como patio azul, por razones obvias.
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Si queremos visitar el Patio Vesubio, situado en la calle Frailes número 6 de Córdoba, tenemos que buscarlo en el barrio de San Lorenzo, entre la iglesia de Jesús Rescatado “Santa María de Gracia” y la iglesia de San Lorenzo. Este patio entra en concurso en la presente edición de la Fiesta de los Patios de Córdoba y lo hace dentro de la categoría Arquitectura Antigua.
La casa-patio está situada en el Camino Mozárabe de Córdoba a Santiago, cuyo origen radica en las peregrinaciones que realizaron los cristianos «mozárabes» que habitaban los reinos árabes andalusíes hasta poco después de la batalla de las Navas de Tolosa, en el 1212, cuando hubieron de huir a los reinos cristianos de Castilla y Aragón.
Existen algunos rasgos que impregnan este patio de un halo que lo diferencia de los patios de Córdoba que abren sus puertas durante el festival. Hablo de pequeños objetos, algunos reciclados, y pequeños rincones o detalles , como las escaleras encaladas donde en cada peldaño hay pintada, con caligrafía artística que simula la del alfabeto árabe, cada una de las palabras de la frase «bajo mis pies, entre mis manos, desgarro el mundo» también escrita por Selene Urbano.
Cuando Virginia y Pedro compraron la casa en 2005, esta se encontraba en un estado casi ruinoso y fueron necesarias importantes reformas. Comenzaron a acondicionar la vivienda ellos mismos, pero con el tiempo comprendieron que aquella tarea era demasiado ardua para ser ejecutada por meros aficionados. Finalmente, contrataron a algunos profesionales que les ayudaron a completar la restauración de la antigua vivienda, una casa-patio de más de 400 años de antigüedad, que no tiene paredes encaladas, como sucede en la mayoría de los patios de Córdoba, pero sí una estética vanguardista donde predomina el color azul, y mucha vida e historia que contar.
Al patio se accede por un zaguán y en su interior se encuentra un pozo, cuyo brocal es de tipo árabe, y una columna romana con dos arcos de medio punto de ladrillo antiguo, creando así una galería.
El suelo está pavimentado con losas de barro. Resaltan las paredes y arcos de ladrillo antiguo y piedra, el blanco encalado de sus escaleras y alzados, y el azul añil de sus macetas y canalones.
Otros detalles que destacan en el Patio Vesubio los encontramos en la hermosa fuente que hay en una de las esquinas del patio, y un banco de ladrillo y piedra.
En otra zona del patio se conserva el muro original de mampostería de piedra y ladrillo, sobre el que descansa un techo con artesonado de madera.
Las macetas de barro pintadas de azul contienen plantas de flor típicas de los patios de Córdoba, como pelargonios (geranios y gitanillas), claveles, surfinias, begonias y bacopas. Otras macetas se llenan con plantas verdes, como calateas, ficus, palmeras, cintas y helechos. En grandes macetas, florecen también gardenias, camelias y un limonero. No faltan buganvillas y desde la terraza parecen caer las flores de los cactus del bosque (Schlumbergera) que cuelgan como si crecieran sobre árboles en la jungla.
En la casa de la calle Frailes vive Virginia y su familia, y en su patio, además, se celebran algunas actividades culturales a lo largo del año, lo que permite adivinar que el Patio Vesubio no solo se viste de gala para mayo, sino que también se llena de vida y color (azul) desde enero hasta las campanadas del último día de diciembre.