Originalmente dedicado a cultivar diferentes variedades de iris, hoy en día se ha convertido en un destino obligado para los amantes del jardín, las flores y las esculturas. La explosión de color de sus flores lo explica todo.
El Château de Vullierenspertenece a la familia de Bovet desde hace 700 años, uno de los pocos chateaux de propiedad privada en Suiza, y uno de los pocos que abren sus puertas al público.
Está situado a 10 minutos de la ciudad de Morges y tiene unas espectaculares vistas al lago Lemán (Lac Léman o Lac de Genève) y los Alpes. Además del Château, uno de sus tesoros se encuentra fuera del edificio, donde encontramos un maravilloso jardín de más de 3 hectáreas.
El plato fuerte de ese jardín es la extraordinaria colección de iris (lirios), aunque hoy en día también florecen otras especies como azucenas, tulipanes, rosas o rododendros, entre otras. Además, en las 30 hectáreas de terreno se ha ido incorporando una colección de más de 70 esculturas contemporáneas que cada año aumenta.
Las mujeres en el Jardin des Iris
Parece ser que la historia de los jardines tiene nombre de mujeres. Todo empezó en 1950, cuando Doreen Bovet, esposa de Bernard Bovet de Mestral y madre del actual propietario, decidió comenzar a plantar su colección de iris en los terrenos del castillo. Doreen Bovet era originaria de San Francisco, California, y no dudó en adquirir las cinco primeras variedades de su colección en Schreiner (un famoso hibridizador suizo asentado en Estados Unidos) y las plantó en la huerta del Château.
Con el tiempo, cada viaje a los Estados Unidos se convertía en un pretexto para la compra de nuevas variedades, rizomas de élite seleccionados por los hibridizadores más famosos.
Jardin des Iris |
Su nuera Dorianne Destenay-Bovet continuó el trabajo de su suegra y al interés botánico le añade una dimensión artística. Gracias a ella, hoy ocupan las instalaciones del jardín 57 obras de 18 escultores.
Por su parte, Daria Bovet, heredó de su madre la pasión por el jardín, las flores y los lirios en particular. Sabía cómo reconocer cada iris por su nombre, lo que no es tarea fácil, puesto que hay más de 400.
Cuando Doreen Bovet falleció, en 1974, Gabrielle Martiginer jugó un papel esencial en el desarrollo del Château. Después de haber tomado el relevo de Doreen a la cabeza de los jardines en 1974, y ayudado por el Dr. Bovet, creó varias variedades nuevas de iris, dos de las cuales figurarían en sellos postales emitidos por el Principado de Mónaco, tras una visita de la Princesa Carolina. En realidad, Gabrielle Martiginer, que nació y vivió en esa propiedad, había crecido observado los primeros lirios plantados en esos jardines, aprendió todo lo que había que saber sobre los lirios y finalmente se convirtió en una de las jardineras. Parece ser que durante 70 años, hasta su retiro en el 2003 a la edad de 84 años, ella era el corazón y el alma de los jardines, y cuidaba cada metro cuadrado de ese deslumbrante espectáculo de color que ofrecen los lirios en flor cada verano.
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Lucy Mercier, también nacida en Vullierens, sucedió a Gabrielle, que le había enseñado (bien, parece ser) los secretos de como cultivar y cuidar estas delicadas flores, así como el nombre de cada variedad. Al convertirse en jefa de jardinería en 2004, se convertía con ello en guardiana de la memoria de los jardines. Todo un reto, sin duda.
Silvana Facchini dedicó su esfuerzo y conocimiento del arte a la restauración del interior del Château y a la expansión y mejora de sus jardines. Eso fue desde 2007 hasta 2016 y entre sus aportaciones destaca un jardín de rosas dedicado a Dorianne Destenay-Bovet.
Los iris
Cuando los jardines se abrieron al público en 1955, los visitantes se sorprendieron al ver tantos iris diferentes juntos. Claro que, las flores que se admiran hoy en día son muy diferentes a las que vieron los primeros visitantes. Todo ha cambiado, la resistencia, la longitud de los tallos florales, la duración de las flores, así como algunos detalles de su morfología, y hasta el color.
Nos explican que el iris de hoy es más robusto y produce más flores. Además, las flores se elevan en tallos más cortos (85 cm en promedio, en comparación con 100 cm), son más grandes y duran más. Su forma también ha cambiado, con pétalos redondeados en lugar de puntiagudos y sépalos anchos que se extienden casi horizontalmente en lugar de colgar. Los colores también han evolucionado, con una preferencia hoy en día por tonos cálidos de miel, púrpura, marrón oxidado y caoba, o sutiles mezclas de rosa, melocotón y crema. Los criadores todavía están tratando de lograr el rojo perfecto.
A medida que pasan los años, el número de variedades que forman la colección ha crecido. Hoy en día, más de cuatrocientas variedades de lirios y 13,500 azucenas se extienden por más de dos hectáreas de jardines.
Jardines temáticos
Existen una serie de jardines temáticos que se han ido incorporando a lo largo de los años y que incluyen un jardín de rosas (Jardín de Dorianne); un jardín que cobra vida cada primavera (Jardín de Daria) con los colores de los rododendros Inkarho recientemente plantados, azaleas japonesas y múltiples variedades de peonía; un jardín de verano donde florecen más de 200 variedades diferentes de azucenas; un jardín para plantas amantes de la sombra; un jardín secreto; un bosque encantado y un jardín de esculturas.
A todos ellos se suma el jardín de Doreen. Lo que comenzó como un huerto típico del siglo XVIII que abastecía las cocinas del Château, se rediseñó un siglo después para convertirse en un jardín paisajista inglés. En él crecen casi 400 variedades de iris, 13,500 azucenas, más de 400 rosas, tulipanes blancos y una impresionante colección de peonías y arbustos maduros.
Un túnel, que sigue un diseño del siglo XIX, recorre el jardín hasta el invernadero, cubriéndose cada primavera de flores de Laburnum. También se han plantado recientemente doce palmeras que habían crecido en el patio del castillo en el siglo XIX. Las rosas crecen junto al viejo muro del jardín a lo largo de más de 100 metros.
Los jardines del Chateau de Vullierens están abiertos, en diferentes días y horarios, desde abril hasta octubre (ver calendario de 2018 aquí).
FOTOS RéGIS COLOMBO PHOTOGRAPHY | Château de Vullierens
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