Película «Entre Rosas» (La Fine Fleur). Pierre Pinaud |
Eve creaba las rosas más famosas del mundo, pero ahora está pasada de moda, un poco amargada y con una empresa al borde de la bancarrota. Vera, su fiel asistente, no puede dejar que lo que lleva defendiendo toda la vida desaparezca sin más y “contrata” a tres personas que provienen de un programa de inserción social para evitar caer en las garras de un codicioso empresario del sector. Con todas las ganas del mundo y muy pocas habilidades en jardinería, ponen en marcha un plan loco, pero brillante, para cambiar el destino del negocio familiar.
Esa es la sinopsis de Entre Rosas, la película dirigida por Pierre Pinaud que se estrena en salas de cine españoles el próximo 22 de octubre. Una historia de «David contra Goliat» en clave de comedia, donde la búsqueda y necesidad de la belleza en nuestras vidas se cruza con una amistad singular, a priori imposible.
Descubriendo las rosas, su creación y cultivo industrial
Después vendría su propio entrenamiento personal. “Primero continué aprendiendo sobre rosas, pero esta vez en el sitio. Fui a ver a los creadores para sumergirme en su trabajo. “Visité pequeñas y excelentes empresas familiares, como Maison Dorieux, cuya producción artesanal es de alta calidad, pero que sufre con la competencia de establecimientos más grandes donde las rosas se «fabrican» de forma casi industrial, no solo aquí en Francia sino también en el extranjero en países como China o Bulgaria donde la mano de obra es más barata. Y luego quise entender cómo el primero intenta sobrevivir frente al segundo”. Ahí se encuentra el hilo conductor de la película.
La película se rodó en La Maison Dorieux, una pequeña empresa familiar ubicada en Montagny, en el corazón de las colinas vírgenes de Roanne, pero tuvieron que reelaborar la estética de los edificios, recrear los invernaderos y repensar los interiores según la puesta en escena. No era temporada de rosas, porque el rodaje se realizó en septiembre y octubre, aunque parece ser que hubo algo de suerte porque fue un año bueno y muchas de los rosales todavía estaban en flor, pero no en la cantidad suficiente, por lo que fue necesario comprar rosales que replantaron y colocaron en los invernaderos el día del rodaje. Todo un reto a nivel logístico para el equipo de arte, que salió airoso de esa situación un tanto estresante.
Siempre entre rosas
He visto el pase de prensa y puedo afirmar que es una de esas películas que te hacen salir del cine con una sonrisa y la grata sensación de pensar que, en esas duras luchas entre David y Goliat, no siempre gana el más fuerte y en ocasiones el corazón vence a la razón. Una historia cálida, con toques de humor inteligente y alguna que otra “escena de acción”; una película para disfrutar, que, en los tiempos que vivimos, es algo que cada vez se valora más.
La película arranca en el Concurso internacional para rosas nuevas de Bagatelle, una competición internacional de nuevas variedades de rosas, que se celebra anualmente en junio en el Parque de Bagatelle en el Bois de Boulogne en París.