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El libro de Carlos Magdalena ‘El Mesías de las Plantas’



Lo que podría parecer un libro de autobombo (un conservador botánico en Kew Gardens relatando sus reconocidos éxitos en el reino vegetal) no lo es en absoluto, no podría serlo tratándose de Carlos Magdalena. Pero, cuidado, que es un “libro trampa”, una narración en la que el autor nos embauca para que le acompañemos, le observemos y seamos capaces de ver y sentir la naturaleza con la misma sensibilidad que lo hace él.

Desde el inicio te atrapa. Carlos Magdalena comienza el libro relatándonos sus orígenes. Algo de esperar en un libro de estas características, pero lo que le da un valor especial a ese inicio es que parece que te encuentres en una tertulia de sobremesa, en la que un amigo te cuenta cómo surgió su curiosidad y afición por los animales y las plantas. Nos lleva hasta su Asturias natal. Las anécdotas no faltan y el sentido del humor está presente siempre. Después de conocer un poco mejor algunas hazañas de sus primeros años de vida, ya se adivina que acabaría siendo un naturalista por afición. Claro que, lo que no sabía él por aquel entonces, es que esa afición se convertiría años más tarde en su oficio. Ahora, lo que tiene claro es que ya corría por sus venas esa pasión.


Quién es Carlos Magdalena
En febrero de 2015 le pregunté a Carlos si tenía imágenes e información actualizada sobre el jardín de Kit Knott. Me contestó inmediatamente, y lo hizo con todo lujo de detalles sobre ella y sus nuevas aventuras, que ya nada tenían que ver con la botánica. Al hilo de esa explicación, me comentó en qué estaba trabajando él en ese momento, mostrándome fotos de Galanthus híbridos. Estaba en ello, dijo, no podía resistirlo e iba a empezar a cruzarlos. Tardarán 3 o 4 años en florecer, me comentaba. Claro que, también puedes hacer lo que yo llamo galanthuspotting, siguió diciendo, se refería a pasarte horas y horas mirando poblaciones de miles, con distintas especies, y encontrar híbridos accidentales (…)  Y continuó mostrando fotos y hablando de la galantofilia y sus efectos. Así es Carlos, una persona cercana, cordial; un apasionado de su trabajo, que logra contagiar esa pasión sin que te des cuenta.


Carlos Magdalena en el reino de las plantas

«Es una locura para un nenúfar, es como hacer crecer un cactus en un estanque».  Eso es lo que Carlos Magdalena comentaba, en referencia a su decisión de hacer crecer fuera del agua el ahora más que popular nenúfar.  Su éxito fue un hecho en 2009 y este mes, cinco años después, el robo de esa misma planta ha sido la triste noticia. Seguir leyendo…
Carlos Magdalena, Tropical Horticulturist
Llegó a Londres «desde un lugar de España llamado Asturias”. Su plan era pasar 6 meses, pero, por suerte para Kew Gardens en particular y la comunidad científica en general, lleva 15 años observando, cultivando y conservando las especies que pasan por sus manos. Seguir leyendo…
Nelumbo contra Victoria amazonica
Nada más sencillo para comprobar el tamaño real de una flor, que «posar» junto a una planta como la Victoria amazonica. Seguir leyendo…

El Mesías de las Plantas: el libro

No quiero hacer un resumen del libro, porque el libro es mejor leerlo. Tan solo decir que es una auténtica novela autobiográfica, cuya trama se puede adivinar, porque muchos de los logros de Carlos Magdalena son ya bien conocidos. Cómo es lógico, el contenido nos guía en un apasionante recorrido por las diferentes experiencias que le han permitido descubrir especies extraordinarias, algunas en peligro de extinción, y que “adopta” para lograr que sobrevivan. En ocasiones parece que esté a punto de sacar un desfibrilador. No sé da por vencido nunca.

Lo mejor de todo es que resulta imposible no engancharse en su relato. Lo ha escrito para todos, está claro, y digo para todos, porque hay personas que pueden pensar que el contenido está destinado a profesionales en la materia o aficionados con grandes conocimientos de botánica. Pero no es así. Creo que la narración es tan fresca, que resulta accesible a cualquier persona e incluso, logra embaucarnos y hacernos comprender cómo la fuerza de la naturaleza en su conjunto contrasta con la fragilidad de las especies que la integran, especies que en ocasiones se vuelven vulnerables por la acción del hombre.
Pero no nos confundamos, porque no se trata de un libro alarmista, sino de un libro realista que llama la atención sobre la importancia de las plantas en el ciclo de vida humano. Para que seamos capaces de comprender ese discurso, nos lleva de la mano a diferentes rincones del mundo o nos pasea por su lugar de trabajo en Kew Gardens.
En ocasiones esos relatos tienen tinte de novela de suspense ¿Qué habrá pasado con esas semillas de Lobelia vagans que tenían que estar en ese sobre? ¿logrará encontrarlas? Y es que Carlos nos lleva y nos trae de acá para allá, nos enseña y nos cuenta. Nos hace sonreír y, también, ponernos muy serios. Y todo, con un lenguaje llano, accesible, sin ninguna pedantería y casi siempre con mucha ternura.
Y así, entre una cosa y otra, cuando terminas el libro asimilas algo que tu sentido común conocía, pero tu razón no asimilaba. Las plantas en la naturaleza no son plantas ornamentales“Sin plantas no hay vida: cuidar de ellas es nuestra única solución”. En el libro lo dice, alto y claro.

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