Plantar prados como una desviación de la plantación de jardines; como pintar a grandes rasgos, pero sin omitir belleza y con cierta sofisticación; y todo ello a través de mezcla de semillas.


La complejidad de los prados ofrece muchas oportunidades al paisajista que los diseña, pero también alguna que otra dificultad, pequeñas trampas que hay que saber sortear. 


Diseño de prados a través de mezclas de semillas
En el libro que comento hoy, Sowing Beauty. Designing Flowering Meadows from Seed, su autor, James Hitchmough, nos muestra cómo utilizar una técnica de siembra de prados a partir de semillas, que nos va a permitir crear comunidades de plantas que imitan la belleza dramática de los prados naturales y ofrecen una sucesión de flores durante muchos meses.
James Hitchmough , en  su carrera como ecólogo hortícola, pronto vio el potencial de diseño de las comunidades de prados.  Hoy en día, es un experto en diseño, ecología y manejo de la vegetación herbácea. Sus técnicas se han utilizado para hacer prados y comunidades similares a prados en lugares prestigiosos de todo el mundo. Además, Hitchmough es director del Departamento de Arquitectura del Paisaje de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido.
Junto con su colega Nigel Dunnett, cuyo diseño en el Barbican Centre de Londres es uno de sus trabajos más visibles, James Hitchmough ha puesto a la Universidad de Sheffield en el mapa por su trabajo pionero en comunidades de plantas y su aplicación hortícola en espacios públicos.
Con estudios de casos en algunos de los jardines más respetados del mundo (ver: Merton Borders. Borduras de silvestres en el Botánico de Oxford), Hitchmough nos guía a través de las técnicas de jardinería y estrategias de diseño, con el fin de que podamos descubrir qué necesitamos para capturar este estilo distintivo en nuestro propio jardín.
Especies nativas (o no)

En el libro, lógicamente, se habla mucho de especies nativas, y un aspecto importante que aborda Hitchmough es la definición de aquello que consideramos “nativo”.  Señala que países grandes como Estados Unidos o China se benefician de tener una gran flora nativa, sin embargo, la definición de «nativo» se vuelve ambigua si alguien usa especies con distribuciones dispares. Es decir, considera que hay un abismo entre la definición política y ecológica de lo que es nativo. De este modo, por ejemplo, se puede dar el caso de que determinados factores ambientales en los espacios urbanos no favorezcan a especies nativas, mientras que existen especies exóticas que resultan más resilientes ante esas circunstancias.

Selección de las plantas, entorno y suelo
Otro de los factores que destaca en el libro es el que se refiere a la elección de las especies: «La elección de las plantas es el desafío central en todo el diseño de siembra».  También es fundamental tener en cuenta el entorno donde se va a realizar la plantación y conocer el terreno, el suelo en sus capas inferiores, medias y emergentes.
Primera parte

En líneas generales, la primera parte del libro se dedica a ir desgranando todas esas técnicas y aspectos que deben controlarse a la hora de diseñar e implementar comunidades de plantas complejas que acabarán desarrollando coloridos prados que resultan realmente pictóricos.

En la primera parte hay 3 grandes apartados. El primero habla de cómo debemos buscar la inspiración en la naturaleza. El segundo se refiere al diseño naturalista con herbáceas. Finalmente se aborda todo lo que hace referencia a la mezcla de semillas, su implementación y establecimiento. 

Segunda parte

La segunda parte de libro se refiere a casos de estudio de los propios proyectos de Hitchmough donde se han sembrado prados, praderas y estepas. Realmente interesante. Cada estudio de caso está documentado con las especies utilizadas, los objetivos de las plántulas seleccionadas y el total de plantas requeridas para cada proyecto. Además, cada caso tiene su propia sección “Que funcionó y qué no”, donde el autor analiza con detalle los éxitos y fracasos de cada proyecto.
Queremos paisajes pictóricos ¿verdad? Conozco a pocas personas que no se sientan atraídos por prados de flores. De modo que, cualquier ayuda para lograrlo, especialmente en espacios públicos, es muy bienvenida. El libro es en inglés, pero tiene muchos datos para los que no es necesario echar mano del traductor. No obstante, si os habéis quedado con ganas de más prados de flores, os sugiero ver las diferentes entradas publicadas en este enlace
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