Una casa solariega en la campiña inglesa transformada en un teatro, y que da nombre al carismático Festival de Ópera de Glyndebourne. Allí, los asistentes pueden disfrutar también de los jardines, incluso hacer un picnic durante el largo descanso de 90 minutos que tiene cada función. Un ambiente bucólico, un entorno de extraordinaria belleza y unos cuidados jardines que parecen estar en perfecta armonía con ese género multidisciplinar que aglutina música, canto y otras disciplinas artísticas.
Todo comienza hace ahora 88 años, cuando la pasión compartida por la música de John Christie y su esposa, la soprano Audrey Mildmay, los llevó a la fundación de lo que acabaría convirtiéndose en el teatro de ópera que alberga el famoso Festival de Glyndebourne.
Glyndebourne Opera House
Glyndebourne es el nombre de una casa solariega en el condado de East Sussex, Inglaterra, situada en el corazón del parque nacional de South Downs. Se desconoce la edad exacta de la casa, aunque algunas estructuras de madera y paneles pre-isabelinos sobrevivientes hacen suponer que podría situarse a principios del siglo XVI.
John Christie heredó la propiedad en 1913 tras la muerte de su abuelo, William Langham Christie. Fue allí donde el matrimonio creó su primer teatro de ópera. Con solo 300 asientos y un foso de orquesta capaz de albergar una orquesta sinfónica, en 1934 se celebraba el primer Festival de Glyndebourne.
Ese edificio fue ampliado poco a poco a lo largo de los años y parece ser que dio a Joan Sutherland y Luciano Pavarotti sus grandes oportunidades. En los años que siguieron, Glyndebourne continuó siendo encabezado por la familia Christie, seguida de George Christie en 1962 y luego su hijo Gus, ahora presidente ejecutivo desde el año 2000.
A medida que la popularidad de ese teatro crecía, el auditorio se hacía más pequeño y, en 1994, se construyó un nuevo teatro de ópera diseñado para albergar una audiencia de 1200 personas. En la actualidad, Glyndebourne llega a unas 150.000 personas al año con más de 120 representaciones de ópera en vivo. Está constituido como una organización benéfica y no recibe ninguna subvención pública, ni si quiera para el Festival de Glyndebourne que se organiza cada verano de mayo a agosto, financiado a través de la venta de entradas y el apoyo de los miembros y donantes.
Jardines de Glyndebourne
Lady Christie apoyó a su esposo, George Christie, en la construcción y gestión del nuevo teatro de ópera, pero también fue clave en el desarrollo de los jardines de casi 5 hectáreas, cuyo éxito se debe en gran parte a la inestimable ayuda y guía de su amigo y mentor Christopher Lloyd, el provocador jardinero y escritor de jardines fallecido en 2006.
Desde 1993, un año antes de la inauguración del nuevo teatro de ópera, Kevin Martin es el jefe de jardín y responsable de su mantenimiento junto a otros cinco jardineros, aunque también ha intervenido en los cambios que se han ido produciendo en la última década para revitalizar el jardín.
Martin es consciente de que no ha estado solo en todos estos años. Al fin y al cabo, además del trabajo de Lady Christie y Christhofer Lloyd, los jardines de Glyndebourne han contado con la colaboración de expertos como Fergus Garrett, jardinero principal de Great Dixter, quien ayudó en el diseño y construcción del jardín conocido como Urn Garden.
También colaboró John Hoyland, escritor, plantsman y asesor de jardines, quien ha trabajado con el equipo de jardinería en diferentes ocasiones y, más recientemente, ha sido el responsable del diseño y creación del Rose Garden Mary Christie.
Áreas principales del jardín
Las áreas principales del jardín se establecen entre el teatro de la ópera y las vistas del parque nacional de South Downs. Alrededor del césped y el lago hay una serie de jardines hechos para pasear, con senderos anchos y bordes profundos plantados de tal forma que puedan estar en óptimas condiciones siempre que haya una actuación, especialmente en las grandes fechas del programa principal.
Una de las áreas más importantes del jardín es la doble bordura herbácea de 110 m de largo y 20 m de ancho que rodea la casa y conduce directamente al vestíbulo del teatro. Esas fronteras se ven desde una terraza más alta, desde la pradera de césped en la parte baja.
Creada como tributo a Lady Christie, en el jardín de rosas -Rose Garden Mary Christie- se cultivan rosas que están en flor desde principios de primavera hasta finales de otoño, acompañadas de tejos (Taxus baccata) recortados en topiaria.
Desde esa rosaleda se pasa por el Urn Garden, un jardín situado en el cruce de dos senderos principales del jardín, plantado con diferentes especies de plantas de flores fragantes rodeadas de altos setos de tejo que ayudan a contener su fragancia.
Desde allí se llega al Mildmay Garden, el jardín del restaurante que evoca los típicos jardines campestres ingleses; y el Bourne Garden, un jardín hundido que toma su nombre de la corriente subterránea que alimenta los lagos de Glyndebourne.
El jardín hundido (Bourne Garden) está plantado con especies exóticas tropicales que aluden al drama y el espectáculo dentro del teatro de la ópera. Entre ellas, destacan las grandes hojas de Tetrapanax papyrifer ‘Rex’, las vistosas frondas de helechos arbóreos (Dicksonia antarctica), ls hojas en forma de corazón de Hosta sieboldiana, y la imponente catalpa de flores blancas (Catalpa bignonioides ‘Aurea’).
Las plantas que llenan estos jardines contrastan con el Figaro Garden, una zona tranquila y sencilla creada con setos de tejo y el estanque que rodea la escultura Draped Reclining Woman de Henry Moore.
Además del huerto, hay un jardín de flor de corte que permiten obtener flores para crear arreglos con regularidad. Prácticamente todas las plantas del jardín se cultivan a partir de semillas o se propagan a partir de esquejes en los invernaderos del jardín.
Los jardines están abiertos únicamente para aquellas personas con entrada para asistir a alguna de sus representaciones, salvo los dos días de jardines abiertos que suelen celebrar a finales del verano (este año son el 4 y 5 de septiembre). Eso sí, los asistentes a la ópera pueden pasear por el jardín antes de la función, pero también durante el descanso de 90 minutos, un largo descanso que da para mucho, incluso para disfrutar de un relajante picnic.
Hace años, Kevin Martin comentaba «Las óperas se parecen mucho a los jardines. Ambos son una colaboración entre compositores (los diseñadores) e intérpretes (los jardineros). Ambos nos brindan momentos de paz y crescendos potentes y llenos de fuerza». Y lo dice alguien que lleva casi tres décadas trabajando en ese jardín.
Fotos e información | Glyndebourne – Clive Nichols
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