Dicen que es uno de los parques de São Paulo más bonitos y tranquilos. Si después de una Nochevieja ajetreada, quieres algo de tranquilidad y sosiego, el Jardín Botánico en esa municipio puede ser una buena elección, como lo es para los ciudadanos que desean huir del caos de esa gran ciudad.
Además, la temperatura ayuda a templar un poco el ánimo y ese cuerpo estragado que suele sobrevenir después de la fiesta de fin de año. Confío en que no os parezca mala idea que quienes vivimos en el hemisferio norte, nos traslademos en un voleo al hemisferio sur para visitar el Jardín Botánico de Sao Paulo. Fresco, humedad, abrigo, calidez… hay un poco de todo y todo muy tropical.
Son imágenes de hace apenas unos días, cortesía de Karl Gercens, que nos trasladan hasta el Jardín Botánico de São Paulo, la mejor muestra de la Mata Atlántica dentro de la ciudad. Este jardín botánico fue diseñado para respetar el entorno, y se ha convertido en una pequeña joya natural en el corazón de São Paulo.
Bosque Atlántico o Mata Atlántica
Es indispensable localizar la ubicación de este jardín para apreciar su valor. Situado en la zona sureste de la ciudad de Sao Paulo (Brasil), el Jardín Botánico de Sao Paulo se encuentra en un área de conservación dentro en el parque estatal conocido como Parque Estadual das Fontes do Ipiranga (PEFI).
El parque, que alberga varias instituciones, incluyendo el Jardín Botánico; el parque zoológico; el Parque de las Ciencias y Tecnología de la Universidad de São Paulo y el Observatorio, es una de las pocas áreas que quedan del Bosque Atlántico que cubría gran parte de la costa brasileña.
El Bosque Atlántico, también conocido como Mata Atlántica, comprende una serie única de ecosistemas forestales de América del Sur que durante mucho tiempo han estado aislados de su vecino más grande y famoso, la selva amazónica.
Es uno de los bosques más diversos y de gran riqueza biológica del mundo, así como también uno de los más amenazados. En esa área se encuentra una reserva biológica con árboles originales y la vegetación de la selva tropical del Atlántico.
Un jardín botánico para respetar el entorno
Con 360.000 metros cuadrados de zona verde, este jardín botánico incluye bellos paisajes y jardines temáticos; un lago; diversos senderos; varios invernaderos; un museo botánico y 45.000 plantas entre las que se incluyen más de 380 especies de árboles.
La colección botánica es una de las mayores que existen en el estado de São Paulo y está formada por 45.000 plantas entre las que se incluyen 380 especies de árboles.
En la colección se encuentran diferentes especies de la familia Orchidaceae (unos 20.000 taxones), plantas ornamentales (unos 5.000 taxones), plantas acuáticas, hongos terrestres (unos 1.000 taxones), palmas, plantas de interés económico, entre las que se incluyen árboles frutales y productores de madera; plantas de la familia Gesneriaceae; plantas de la familia Marantaceae y del grupo de Pteridophytas (helechos y afines).
Existen 2 grandes invernaderos. En uno de ellos se refugian y protegen un gran número de plantas autóctonas de la Mata Atlántica. El otro invernadero suele utilizarse como espacio físico donde se instalan las exposiciones temporales.
En el jardín se encuentran también en el Instituto de Botánicay Museo Botánico de São Paulo. El Instituto de Botánica cuenta, además, con una biblioteca que dispone cerca de seis mil cuatrocientos libros entre obras antiquísimas y un insuperable acervo botánico. En cuanto al Museo Botánico, allí existen muestras de todo tipo de plantas nativas correspondientes a la flora autóctona de Brasil, a lo que se le debe agregar una serie de productos como fibras, maderas, óleos y semillas extraídos de las propias plantas.
Un naturalista y un orquidario en el origen
La colección de plantas y flores citada constituyen el legado del naturalista Frederico Carlos Hoehne, quien inició el Orquidario de Estado en 1928, considerado el origen de este jardín botánico.
Frederico Carlos Hohner, era hijo de emigrantes alemanes. Creció en el campo y era un gran amante de la naturaleza. Siendo niño creó su propio orquidario. Cuando consiguió trabajo de jardinero en el Museo Nacional de Rio de Janeiro, que entonces era la mayor institución científica del país, comenzó sus primeras expediciones, trabajos de campo que realizó por todo Brasil reuniendo muestras y catalogando especies que serían compartidos por la comunidad científica en estudios de la flora brasilera.
En 1927, Fernando Costa, otro enamorado de las especies autóctonas y Secretario de Agricultura por aquel entonces, decidió encargar a Hoehne la creación de un jardín botánico en la región. En 1928 se estableció el orquidario y en 1938 las puertas del Jardín Botánico se abrían definitivamente al público.
FOTOS| Karl Gercens