Cuando ves imágenes de un jardín donde inicialmente lo que aprecias es calidez y belleza; equilibrio entre lo natural y lo claramente intervenido; resulta curioso comprobar cómo después, y casi de forma anecdótica, descubres que además es, con toda probabilidad, un jardín con un presupuesto elevado.
Entre otras muchas cualidades, esa capacidad de expresar más allá del valor de los objetos, es muy común en los jardines de Arne Maynard. En su día comenté que había publicado un libro en el que se presentan 12 de sus jardines. Ahora llegó el turno de hablar de ese libro que recibí hace días, cuando comenzaban las pasadas vacaciones de Pascua, y que me ha servido para viajar y soñar jardines, bellísimos jardines, sin necesidad de moverme de casa.
The Gardens of Arne Maynard
El libro es una auténtica joya en lo que se refiere al contenido y, un tesoro en cuanto a su presentación… ¡qué bonito es!
En gran formato (25 x 30 cm), incluye numerosas imágenes para ilustrar los jardines. Todas las fotografías, realizadas por William Collinson, son realmente excelentes. No en vano, él es su pareja y ha sabido captar con acierto la esencia de su trabajo, muy especialmente los dos jardines de su propiedad. La fotos están impresas en papel de gran calidad que hacen justicia a su excelencia y permiten, además, apreciar hasta el último detalle, acercándote a cada jardín con sensación de nitidez.
Hay fotos a doble página e, incluso, en algunos casos -como en un plano largo de la casa en Allt-y-bela y otro de la mansión medieval Haddon Hall- las fotos se presentan a triple página. Un despliegue que invita a entrar. Todo ello contribuye a facilitar la compresión a quienes no dominen el inglés, pero sientan curiosidad de conocer esos jardines.
Hay fotos a doble página e, incluso, en algunos casos -como en un plano largo de la casa en Allt-y-bela y otro de la mansión medieval Haddon Hall- las fotos se presentan a triple página. Un despliegue que invita a entrar. Todo ello contribuye a facilitar la compresión a quienes no dominen el inglés, pero sientan curiosidad de conocer esos jardines.
De los 12 jardines incluidos en el libro, 10 son ingleses y los otros dos están ubicados en Estados Unidos e Italia. En todos hay una serie de elementosque distinguen el trabajo de Arne Maynard, y en función de ellos se estructura el libro y distribuyen los jardines:
Las rosas, con espectaculares cascadas; la topiaria magníficamente trabajada; las fronteras profusamente floridas; los trabajos de artesanía, con un gusto exquisito; los jardines comestibles (muy, muy comestibles y floridos) y, por último, el rodrigado de árboles jóvenes, cuyas ramas entrelazadas acaban dibujando caprichosas alineaciones, espalderas y arcos.
En cada apartado hace una breve descripción del correspondiente elemento y a continuación habla del jardín (o jardines) que lo representan. A su vez, cada jardín tiene su comentario, donde el propio Arne Maynard habla con cercanía del proceso que acompañó a su diseño.
En su introducción comenta que en el inicio del proceso de creación de esos 12 jardines ha prevalecido siempre un claro sentido del lugar. Saber leer el paisaje, la casa y el entorno, antes de esforzarse en realizar el jardín sin más. De hecho, los dos jardines realizados fuera de Inglaterra muestran características que se apartan en cierto modo de su estilo habitual.
El trabajo de Arne Maynard habla por sí solo y este libro, además, lo relata brillantemente. Me ha gustado muchísimo, que digo gustado, me ha parecido una joya, de esas joyas de papel y tinta que hay que poner a buen recaudo, pero a mano.