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Laburnum Arch en Bodnant Garden |
Entre los aspectos más destacados de la primavera en Bodnant Garden, uno de los jardines británicos más valorado por sus colecciones botánicas, se encuentra la floración del Laburnum Arch a finales de mayo y principios de junio. Esa pérgola, de 55 metros de largo, se cubre de largos racimos colgantes de flores amarillas, dando forma al túnel de flores de laburno más antiguo y largo del Reino Unido.
Un gran jardín (y una gran pérgola)
Bodnant Garden se encuentra a unos 13 kilómetros al sur de la ciudad de Conwy en Gales, Reino Unido. Los jardines, que se extienden por las 32 hectáreas que rodean la casa, se iniciaron en 1875 por Henry Pochin, un exitoso químico industrial cuya visión victoriana le permitió crear Bodnant Garden con la ayuda del arquitecto paisajista inglés Edward Milner. En la parte superior del jardín, el otro legado duradero de Henry fue el Laburnum Arch, una impresionante pérgola de 55 metros de longitud construida alrededor de 1881 y cubierta de numerosos ejemplares de laburno.
El gusto por las pérgolas no ha sido constante en el tiempo. Las primeras pérgolas se desarrollaron durante el Renacimiento en el Mediterráneo con el propósito de proporcionar refugio, sombra y un lugar para cultivar enredaderas en flor y árboles frutales. Se hicieron populares en todos los jardines europeos hasta el siglo XVII, pero pasaron de moda en los siglos siguientes, reemplazados por grandes jardines formales y por el movimiento del paisaje naturalista. A finales de la era victoriana, con el movimiento Arts and Crafts, las pérgolas volvieron a ganar popularidad y Henry Pochin no dudó en construir una en Bodnant, y lo hizo a lo grande.
Laburnum Arch
Ya comenté en su día, al hablar del jardín de invierno de Bodnant Garden, que la ruta de invierno de estos jardines se inicia al salir del popular Laburnum Arch.
La estructura de esa pérgola era originalmente de madera, pero a medida que se pudría, fue siendo reemplazada por una estructura de metal. Inicialmente había setos de tejo a lo largo del túnel, pero estaban en mal estado y fueron reemplazados en la década de 1950 por azaleas, creando un túnel más ancho con un colorido telón de fondo de flores.
El túnel se creó originalmente con plantas de Laburnum anagyroides, el laburno común que se encuentra en el sur de Europa, y una de las dos especies de ese género de pequeños árboles caducifolios de la familia de las leguminosas (Fabaceae), que además cuenta con un híbrido, Laburnum × watereri, obtenido del cruce entre Laburnum alpinum y Laburnum anagyroides; y varias formas cultivadas.
Más tarde, ese laburno fue reemplazado por el cultivar híbrido Laburnum x watereri ‘Vossii’ desarrollado en la década de 1860 por Waterer’s Nursery en Surrey, un árbol pequeño y extendido que prospera en la mayoría de los suelos y es particularmente eficaz cuando se cultiva para formar una avenida arqueada.
Laburnum x watereri ‘Vossii’ (Árbol de las cadenas doradas)
Laburnum x watereri ‘Vossii’ es conocido como el árbol de las cadenas doradas (en inglés Golden Chain Tree). No en vano, este cultivar de hojas brillantes de color verde oscuro es el que florece más prolíficamente, produciendo fragantes racimos de flores de color amarillo dorado que cuelgan hasta 50 cm de largo.
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Laburnum x watereri ‘Vossii’ |
Además, produce menos vainas y por lo tanto menos semillas tóxicas que otros tipos, algo que suele disuadir a las personas de plantar laburnos en sus jardines. No obstante, hoy en día hay dudas acerca de lo dañinas que pueden llegar a ser las semillas de laburno, que son parecidas a los guisantes. Probablemente habría que comer muchas para que sus efectos fueran nocivos. Claro que, nadie se atreve a hacer la prueba, por si acaso.
Es posible que ese sea uno de los motivos por los que el laburno está pasado de moda. Claro que, también puede ser una razón de peso el hecho de que no se trata un árbol particularmente bonito cuando está inactivo, por lo que su interés ornamental resulta algo efímero.
El mantenimiento
En lo que se refiere al mantenimiento de ese espectacular túnel de laburnos, dos jardineros se ocupan de la poda en enero, la época más fría del año. Tardan hasta cinco semanas en podar la pérgola a mano, desatando, recortando y atando concienzudamente cada hebra a la estructura. A eso hay que añadir que se necesitan dos semanas más de trabajo para pinzar las flores marchitas en el mes de julio.
Un trabajo minucioso para conseguir que cada año, a finales de mayo y principios de junio, esa larga pasarela vuelva a estar coronada por un exuberante techo de flores de color amarillo dorado, racimos que caen en cascada y que le han dado el nombre de lluvia dorada.