“Los deseos mueven a la gente. Todo es deseo”. Y flores. Y frutos. Todo es naturaleza, luz y color para el pincel de la joven artista visual Alonsa Guevara. Sus últimos trabajos son realmente jugosos y resulta casi imposible pensar que dejen indiferente a alguien cuando se contemplan.
Alonsa Guevara nació en Chile. Su fascinación por la naturaleza viene de sus vivencias en ese país, pero también, y muy especialmente, de sus recuerdos en la selva tropical ecuatoriana, donde se trasladó con su familia a la edad de cinco años. Allí vivió rodeada de tierras de cultivo y animales salvajes durante siete años.
En Chile se licenció en Bellas Artes y posteriormente lo hizo en la Academia de Artes de Nueva York, donde reside y trabaja desde 2011. En una entrevista, publicada en el blog de la Academia de Artes de Nueva York, le preguntaron cómo iniciaba sus pinturas: con una idea, una imagen o una historia. Ella contestó que en primer lugar intenta buscar una imagen que contenga algo deseable, pero a menudo, suele empezar la pintura y después, a medio camino, la observa y descubre algo en lo que no había pensado. Es decir, su historia viene al final.
Alonsa Guevara: Desire
En su última serie, sus pinturas quieren mostrar una realidad diferente. En esos cuadros, algunos miembros de su familia o ella misma aparecen rodeados de frutas, a veces reales y otras veces inventadas. La naturaleza envuelve conceptos como el amor y el deseo. El resto, lo hace la artista.
Con deseos, frutas e historias os dejo una muestra de su obra para disfrutarla y si queréis conocerla mejor, tenéis más información sobre su trabajo aquí.