Hace unos días circulaba por las redes sociales un chiste con la foto de una churrería ambulante en la que el supuesto propietario decía sorprendido algo así como “toda la vida creyendo que tenía una churrería y resulta que lo que tengo es un food truck”. Paro unos minutos para dejar de reírme y ahora sigo…
Una forma simpática de ver modas y tendencias de negocio que estaban más que inventados, pero que se han vestido de rabiosa actualidad para resultar más atractivos y rentables. Bienvenidos sean si sirve para alegrarnos la vida y la economía.
Algo así como el término pop up, que ayuda a entender lo efímero de la ubicación de un determinado negocio, pero que resultaría muy curioso utilizarlo, por ejemplo, para referirse a un mercadillo. Y afinando más, tenemos a los vendedores ambulantes más perfumados, las y los floristas que alegran las calles y ruedan, caminan, navegan y a veces se sientan, para que tengamos a mano la posibilidad de comprar una o más flores. ¿Cómo les llamamos? En ingles son flower sellers, así que vamos a ver fotos de street flower sellers en diferentes partes del mundo. En los años veinte, en los cincuenta del siglo pasado o en el siglo XXI. En blanco y negro o en color. En la calle, siempre al aire libre y de acá para allá.
