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| Foto The NY Times |
En julio de 2006 The New York Times publicaba una noticia acerca de la familia Puchkoff. En la foto aparecían sentados en un porche. Hasta aquí nada extraordinario, si no fuera porque la casa se había construido sobre una azotea en un edificio de seis pisos de la calle Greenwich, en el West Village de Nueva York.
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| Foto The NY Times |
Lo cierto es que ayer sentí cierta claustrofobia mientras hablaba de los progresos del proyecto Lowline en Nueva York. De un parque subterráneo vamos a volar, por arte de magia, hasta la azotea de ese edificio de Nueva York que se ha convertido en el refugio de David y Eillen Puchkoff.
En realidad, se trata de un compartimento estanco situado sobre un agujero que se ha perforado en el techo del desván de la casa de esa familia, e incluye dos ventanas insonorizadas y una puerta que se abre a la azotea. Se han sustituido las habituales plantas en maceta de los tejados verdes, por una pradera de plantas suculentas, principalmente sedum, junto a otros cultivos de plantas de flor y huerto.
Y ahí está, nueve años después parece que evoluciona favorablemente y no ha sido un capricho pasajero. El tema de los tejados verdes no parece tener fin y siempre aparece algún ejemplo nuevo que no deja de sorprendernos.
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| Photo by George Steinmetz via Gothamist |
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| Photo by George Steinmetz via Gothamist |
Fuente y fotos The New York Times y Gothamist
