Jóvenes promesas que dejan claro testimonio de su posición dentro del mundo del paisajismo. Cuando una persona se enamora de alguna de las facetas de su profesión u oficio, todo fluye. Es, aparentemente más sencillo y los resultados fáciles de apreciar. Son jóvenes, sí, pero con promesas que se cumplen.
Fernando Martos supo aprovechar la oportunidad que se le presentó cuando tenía 25 años. Había estudiado Paisajismo en la Escuela de Paisajismo y Jardinería Castillo de Batres, en Madrid. El destino le puso en bandeja un trabajo como voluntario en los jardines de Newby Hall, en Yorkshire, Inglaterra. Confiesa que esa experiencia le hizo enamorarse del jardín inglés. También le proporcionó un torbellino de nombres botánicos que revoloteaban por su cabeza. Los fue ordenando a base de investigar con plantas y semillas que iba consiguiendo por internet. Las plantaba en un jardín familiar que tiene cerca de Estepa en Sevilla, que se convirtió en su laboratorio, creando un jardín experimental de plantas herbáceas.
Volvemos, pues, a la esencia de los jardines: hay que probar y probar, acertar y equivocarse. Conocer las plantas de primera mano, para obtener resultados más acertados en los diseños de plantación. Fernando aprendió, no solo los nombres botánicos de las plantas con las que trabajaba, sino su funcionamiento en el jardín.
Los conocimientos adquiridos le sirvieron para diseñar su primer encargo: un jardín en Guadalajara que realizó hace seis años. La firma, su estampa, esa es harina de otro costal, es su mérito, su forma de crear jardines evocadores, incluso en lugares aparentemente hostiles para la jardinería.
No cabe duda que su planteamiento y preferencias le sitúan en el movimiento New Wave Planting o New Perennial Movement, eso sí, con los ojos puestos en el clima mediterráneo, para lo que utiliza, en la medida de lo posible, plantas autóctonas que garanticen el éxito de ese jardín. Confiesa su interés en el cambio y sucesión de floraciones a lo largo del año; la luz y el movimiento de las gramíneas y la vida que se genera en torno al jardín.
Y hasta aquí hablaré, porque las imágenes de sus trabajos dejan suficiente testimonio. A mí me llena de satisfacción ver jardines que iluminan hasta el alma. Colores cálidos pero muy vivos. Jardines para disfrutar y muy bien ubicados. Os dejo con Fernando Martos y alguno de sus jardines.
Fotos © Fernando Martos
Podéis ver más imágenes de sus trabajos aquí