Reducen el consumo de agua, de la que aprovechan hasta la última gota, y están fabricadas con materiales naturales. En los últimos años se habla de la eficacia de las ollas de autorriego subterráneo de barro, un sistema de riego artesanal que crea tendencia, pero que en realidad tiene más de 4000 años de antigüedad.
Nada nuevo, en realidad. Al fin y al cabo, los orígenes de la alfarería se remontan a nuestros antepasados del Paleolítico Superior, aunque entonces los objetos de barro eran figuras simbólicas y no tanto utilitarias, para las que hubo que esperar hasta el Neolítico, cuando se empezaron a utilizar vasijas, platos y recipientes de barro.
Lo interesante es que la importancia de su utilidad no ha decrecido con el progreso y hoy en día el barro sigue siendo un recurso básico, especialmente en todo lo relacionado con la jardinería y el cuidado de las plantas, al tratarse de una materia prima natural que armoniza con el uso de los elementos vegetales del jardín.
Ollas de autorriego de terracota microporosa
Al hablar de arcilla o barro en jardinería lo primero que nos viene a la mente son las macetas que utilizamos para cultivar plantas, que se presentan en diferentes tamaños y con una gran diversidad de diseños.
Sin embargo, son muchas las formas que toma el barro en el jardín y algunas tienen una función práctica y ecológica importante, como las llamadas ollas o vasijas de terracota microporosa para autorriego subterráneo.
La evidencia del uso de estas ollas sitúa su origen en China hace más de 4000 años, aunque hay quien sostiene que se originó en el norte de África. Hoy en día es sistema de riego se utiliza en muchos lugares como Brasil, Burkina Faso, India, Irán y África.
Riego subterráneo que aprovecha el 100% del agua
Bill Mollison, conocido como el padre de la permacultura, ha llegado a comentar en su serie de películas ‘The Global Gardener’, que las ollas o vasijas de barro es un sistema de riego artesanal antiguo, pero “el más eficiente del mundo”.
Al estar hechas con barro sin esmaltar, las paredes microporosas de estas ollas, que se entierran profundamente en el suelo junto a las plantas, guían la filtración del agua en la dirección donde se desarrolla la succión que atrae las moléculas del agua a las raíces de las plantas.
De este modo, las raíces de las plantas crecen alrededor de las macetas y solo “atraen” la humedad cuando es necesario, sin desperdiciar ni una sola gota. En definitiva, las ollas de terracota enterradas eliminan la escorrentía y la evaporación que suele producirse en los sistemas de riego modernos, permitiendo que la planta absorba casi el 100 por ciento del agua.
Como se utilizan las ollas de terracota
Conocidas como ollas, son vasijas de terracota sin esmaltar con forma de botella o cónica, que se entierran en el suelo con la parte superior o cuello expuesto sobre la superficie del suelo. Una vez enterradas, se llena de agua para el riego subterráneo de las plantas y luego se tapa la abertura para evitar que entre tierra, así como la reproducción de mosquitos y la evaporación.
Como sucede con cualquier sistema de riego, la frecuencia de llenado de las ollas depende de factores como las necesidades de agua de la planta, el tipo de suelo donde se cultiva, la época del año y el entorno. Como regla general, el agua suele tardar en fluir a través de una olla entre 24 y 72 horas.
No obstante, se recomienda agregar agua siempre que el nivel de agua en la olla esté por debajo del 50%. Esto es así para evitar la acumulación de residuos de sal a lo largo de la superficie de la olla, lo que impediría la filtración deseada.
Un riego localizado con muchas ventajas
Que el agua es ya un bien escaso es tristemente una realidad, una escasez que afecta a más del 40% de la población mundial, y un porcentaje sigue aumentando por el cambio climático. Por lo tanto, es relevante la correcta gestión del agua de riego en jardinería, porque cada gota cuenta.
Precisamente esa es una de las grandes ventajas de este sistema de riego artesanal, ya que con las ollas de autorriego subterráneo de barro se utiliza menor cantidad de agua y se reduce la frecuencia del riego, por lo que no solo se gana tiempo, sino que se ahorra entre el 50-70% de agua. Además, la pérdida de agua debido a la infiltración profunda que va más allá de la zona de la raíz se reduce y casi se elimina.
Otra ventaja importante es que la humedad en el suelo está siempre disponible, evitando con ello que las plantas sufran por estrés hídrico, del mismo modo que se reduce la posibilidad de exceso de riego.
También es bueno saber que, al tratarse de un riego localizado, no crecen tantas malezas; y que pueden utilizarse también en terrenos irregulares.
Algunos aspectos a tener en cuenta
Si se utilizan las ollas en lugares de clima templado, no hay problema en dejar las ollas enterradas durante el invierno. Sin embargo, en regiones done las temperaturas son constantemente bajo cero, hay que retiraras porque pueden romperse.
Se estima que estas ollas de terracota tienen un periodo de uso de aproximadamente 5 años, ya que el uso constante puede reducir la porosidad.
En cuanto el tamaño de las ollas más adecuado, no hay una regla de oro porque existen diversos factores a tener en cuenta, como la porosidad de cada olla, las necesidades de la planta, su tamaño y distribución de la raíz. Pero en términos generales las ollas pequeñas son buenas para usarlas en macetas y contenedores; mientras que las grandes son las que se deben usar en jardines, huertos y camas de cultivo.
DÓNDE COMPRAR OLLAS DE AUTORRIEGO DE TERRACOTA
Olla de autorriego subterráneo de terracota. Capacidad: +/- 1,5 litros. Autonomía de 5 a 7 días con un radio de acción de 20 cm.
Olla de autorriego subterráneo de terracota. Capacidad: +/- 3 litros. Autonomía de 5 a 10 días con un radio de acción de 30 cm.
Olla de autorriego subterráneo de terracota. Capacidad: +/- 5 litros. Autonomía de 9 a 12 días con un radio de acción de 40-50 cm.
Olla de autorriego de terracota pequeña para macetas y contenedores. Capacidad 20/25 cl
Olla de autorriego subterráneo de terracota. Capacidad: 1; 3 y 6 litros
Ollas de autorriego subterráneo de terracota. Capacidad: 1,5; 2,5; 5 y 8 litros
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