Un jardín en macetas que se convierte en un pequeño oasis verde para relajarse y sentirse como en casa, donde las plantas y los colores evocan el paisaje natural de Nueva Zelanda, el país natal de su diseñadora, y el jardín de su infancia.
Ya comenté ayer que la categoría de jardines en balcones y contenedores ha regresado por tercer año a Chelsea Flower Show y que en esta ocasión todos los equipos de diseño están encabezados por mujeres.
Nacida en Nueva Zelanda, la diseñadora de jardines Rosemary Coldstream ha vivido y trabajado en el Reino Unido durante 30 años. Precisamente el paisaje natural y el jardín de su tierra natal han sido la fuente de inspiración para Feels Like Home, el jardín en contenedores que ha presentado en Chelsea Flower Show 2023. Su diseño le ha valido una medalla de oro y el premio al mejor jardín dentro de la categoría Containers and Balcony Gardens, además del premio que otorga el público en People’s Choice Award.
Materiales sostenibles procedentes del entorno natural
Todos los materiales utilizados en Feels Like Home Container Garden proceden del entorno natural. El revestimiento de la pared está hecho con madera carbonizada. Se transportó a la feria como paneles prefabricados, y los detalles finales se terminaron en el sitio.
También se terminaron en el propio recinto ferial los últimos detalles de las macetas de barro hechas a mano; el pavimento; un banco fabricado a medida con madera de origen sostenible de kauri (Agathis australis), especie arbórea de 3.000 años de antigüedad endémica de Australia; y una fuente de agua de acero inoxidable hecha con el diseño de una hoja de helecho
Plantas nativas o cultivadas en Nueva Zelanda
En la paleta de plantación de este jardín en macetas predominan especies vegetales oriundas de Nueva Zelanda, así como otras que son ampliamente utilizadas en los jardines de ese país y que, por lo tanto, transportan de algún modo a la diseñadora al paisaje natural de su tierra y al jardín de su infancia.
No ha querido prescindir la diseñadora del helecho arborescente (Dicksonia antartica) nativo de Australia, pero también se incluye un helecho plateado (Cyathea dealbata) endémico de Nueva Zelanda.
Otras especies de helecho utilizadas son Asplenium bulbiferum, Asplenium trichimanes, Blechnum ‘Penna Marina’, Blechnum novea-zealandiae, Doodia media, Pellaea rotundifolia y Todea barbara.
Entre los arbustos, la diseñadora ha incorporado una guayaba brasileña (Feijoa sellowiana), un arbusto o pequeño árbol de hoja perenne y hábito tupido, que produce flores de pétalos rojos y estambres que sobresalen, aunque se suele cultivar más por sus frutos carnosos, cuyo sabor recuerda al de la piña tropical. El área de distribución nativa de esta especie se encuentra desde Brasil hasta Argentina, pero está ampliamente cultivada en los jardines de Nueva Zelanda.
También aparece el calistemon, un arbusto muy popular también conocido como limpiatubos o limpiabotella por la forma de sus inflorescencias. En este caso, la especie elegida es Callistemon laevis, aunque parece ser que los taxónomos han decidido que su nombre botánico ahora es Melaleuca citrina. En cualquier caso, se trata de una planta nativa del sur y sureste de Australia, ampliamente utilizada como ornamental en muchos países de clima mediterráneo.
Otro arbusto o árbol pequeño elegido es el pohutukawa o árbol de hierro (Metrosideros excelsa), especie nativa de la Isla Norte, una de las dos islas principales de Nueva Zelanda, y presente también en la Isla Sur, pero como cultivada. Es un arbusto muy utilizado en jardinería, especialmente en zonas costeras, donde es muy apreciado por sus flores rojas, que surgen en primavera o comienzos del verano.
Un gran acierto el uso de un pitosporo variegado (Pittosporum tenuifolium), arbusto nativo de Nueva Zelanda. Para este jardín en contenedores se ha elegido P. tenuifolium ‘Banoway Bay’, un maravilloso cultivar que forma un montículo compacto bien ramificado con un follaje que cambia de color. Comienza de color verde claro con un borde crema, y va cambiando progresivamente desde finales del verano hasta el otoño a un efecto verde moteado y burdeos, que cambia a burdeos más profundo después de las heladas.
Hay también una enredadera de alambre (Muehlenbeckia complexa), planta que se suele utilizar como tapizante y para cubrir muros y rejas, cuyo rango nativo se encuentra desde la Isla de Lord Howe, al este del continente australiano, hasta Nueva Zelanda.
La diseñadora no se ha olvidado de la margarita de Nueva Zelanda (Pachystegia insignis), una planta arbustiva de hoja perenne de bajo crecimiento, que se extiende más ancho que alto, rara vez más de un metro en cultivo.
Entre las plantas herbáceas perennes, hay otras margaritas, como la margarita cimarrona (Erigeron karvinskianus), especie muy popular, que en su hábitat nativo se distribuye desde México hasta Venezuela. En el jardín se ha elegido E. karvinskianus ‘Profusion’, con flores que se abren de color blanco, pero pronto se vuelven rosadas-púrpura.
La margarita africana también se apunta a la lista, en concreto, Osteospermum ‘3D Blueberry Shake’, un vistoso cultivar de flores semi-dobles con centros azul-púrpura y pétalos exteriores teñidos de rubor.
Con porte similar al de los formios, también se seleccionó Astelia chathamica, una planta vivaz de hoja persistente nativa de las Islas Chatham, frente a la costa oriental de Nueva Zelanda. La planta forma un gran grupo de hojas plateadas en forma de espada (de ahí su nombre común en inglés, lanza de planta) y alcanza hasta 1,2 metros de altura. Produce panículas de pequeñas flores verdosas en verano, seguidas, en plantas femeninas, por bayas de color naranja en otoño.
Fotos e información: Richard Bloom, Rosemary Coldstream y RHS
ROYAL HORTICULTURAL SOCIETY (RHS): QUÉ ES Y QUÉ HACE
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