Publicado por primera vez en 1870 y evolucionando a lo largo de siete ediciones durante la vida de William Robinson (1838-1935), The Wild Garden fue un libro que promovió un enfoque de la jardinería naturalista y de bajo mantenimiento basado en su amplia experiencia como jardinero, botánico y observador directo de diversos hábitats.
The Wild Garden
Hoy en día, ese concepto sigue vigente. La naturaleza dinámica de los jardines silvestres compensa la densidad progresiva y la falta de diversidad biológica de muchos paisajes contemporáneos. Los jardines de vida silvestre fomentan la espontaneidad sin abandonar esos profundos valores que hacen que los paisajes sean prácticos y verdaderamente sostenibles.
William Robinson
Aunque Robinson tenía solo treinta y dos años cuando apareció la primera edición de The Wild Garden en 1870, aportó una gran cantidad de experiencia y conocimientos. La carrera profesional de Robinson comenzó en Irlanda, como jardinero de las fincas privadas Curraghmore House y, más tarde, Ballykilcavan. Dejó Irlanda para trasladarse a Inglaterra y, en 1861, comenzó a trabajar en el jardín de la Royal Botanic Society en Regent’s Park, Londres, donde Robinson fue responsable de las plantaciones de herbáceas, que luego incluyeron una pequeña sección de flores silvestres británicas. Fue allí donde comenzó a desarrollar su extenso conocimiento de la flora inglesa, explorando el campo para estudiar las plantas en sus hábitats y recolectar material para el jardín.
Claro que, fue la compra de Gravetye Manor por William Robinson en 1885 lo que le brindó por fin la oportunidad de explorar la jardinería de vida silvestre en términos subjetivos y a gran escala. Robinson pasó los cincuenta años restantes de su vida en Gravetye, primero viviendo en Moat Cottage, una pequeña granja cercana en la finca, mientras que Gravetye Manor fue reparado y mejorado según sus necesidades, convirtiéndose en su jardín experimental durante ese tiempo. Un jardín que, por cierto, todavía se conserva y puede visitarse.
La influencia de The Wild Garden creció de manera constante durante la vida de Robinson, extendiéndose mucho más allá de Inglaterra hasta Europa continental y América del Norte.
Nueva edición ampliada
Esta nueva edición ampliada del libro de Robinson contiene más de 100 fotografías tomadas por Darke, incluidas imágenes de Gravetye y de modernos jardines «silvestres», y tiene como objetivo presentar The Wild Garden a una nueva generación de lectores y ampliar el concepto de jardín salvaje de William Robinson en un contexto ecológico moderno.
Para ello, Rick Darke ha escrito un ensayo introductorio que no solo subraya la importancia de Robinson en la evolución del diseño de jardines y la ecología, sino que también explica su relevancia para los jardineros y paisajista de hoy.
Tras ese ensayo introductorio, se da paso a la edición de 1895 del libro de Robinson, no sin antes dejar claro lo que significa en ese contexto “wild” (salvaje o silvestre), algo que el propio Robinson solía abordar: «Ha habido algunos malentendidos en cuanto al término ‘wild garden’», escribió en 1881, «no tiene nada que ver con la vieja idea de la ’naturaleza salvaje’». Más de un siglo después, comenta Rick Darke, todavía confundimos lo salvaje con lo inhóspito, y esta confusión nubla nuestra visión de lo que es verdaderamente ecológico y lo que es verdaderamente sostenible. La defensa de Robinson por ejercer menos control no significa que el jardín de vida silvestre abandone el diseño. Lo que sí deja patente es que el diseño que implica un control total es insostenible. Robinson valoraba tanto la belleza de ese paisaje que deseamos crear, como la conservación de los recursos naturales mediante el uso de poblaciones de plantas que se perpetúan a sí mismas y son ecológicamente viables en el jardín. El jardín silvestre o salvaje de Robinson tiene que ver con el jardín naturalista, pero parece que él quería ir incluso más allá, para llegar de verdad, a “la vida que queremos”.
Mientras esa asignatura se recupera (la de las editoriales, me refiero), mi sugerencia es que quienes tengan algo de conocimiento de inglés accedan a la versión digital, porque, al menos, se puede consultar con un solo clic el significado de aquellas palabras que desconocemos y que pueden bloquear la adecuada comprensión del texto. Este libro, que recomiendo encarecidamente, lo adquirí en su día en versión Kindle. Ahora está lleno de marcas de diferentes colores, que me permiten volver a determinados conceptos con rapidez cuando necesito documentar alguna entrada del blog. Volveré para hablar del jardín de vida silvestre de William Robinson, de las plantas que funcionaron bien y cuyo uso recomendaba para que se naturalizaran en diferentes condiciones de cultivo. Algo así como un manual de la buena vida en el jardín.