Hoy, especialmente, podemos encontrar la vida y obra de Federico García Lorca por todos los rincones del mundo. Se cumple el 115º aniversario del nacimiento del poeta, dramaturgo y prosista español. En realidad siempre está presente, el reconocimiento internacional de su obra lo confirman. De Lorca se disfruta en Granada, en Nueva York y en cualquier rincón del mundo. “Si me muero, dejad el balcón abierto” escribió en su obra Despedida.
Desde ese balcón abierto también se puede ver cómo «Esperando, el nudo se deshace y la fruta madura». Es un concepto tan lógico que a veces me pregunto por qué no lo recordamos a diario. Esa frase de Lorca me hace pensar en los refranes y dichos que nos llevan a la misma idea y encadenándolos cobran aún más sentido: el tiempo pone a cada uno en su lugar, porque el que siembra recoge pero, no por mucho madrugar amanece más temprano.
El campo y los seres que lo pueblan están llenos de frases escritas en un sutil código y cuando somos capaces de descifrarlo la magia está servida «Los bichos de la tierra, los animales, las gentes campesinas, tienen sugestiones que llegan a muy pocos. Yo las capto ahora con el mismo espíritu de mis años infantiles. De lo contrario, no hubiera podido escribir Bodas de sangre.”
Grande Lorca, grande su obra y brillantes sus palabras. «El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta.»