El color, la estructura y la fragancia de más de 33.000 plantas, dispuestas en una composición atrevida y contemporánea junto a la mansión isabelina, hacen de este jardín de invierno un recreo para los sentidos y la verdadera joya del paisaje invernal en Wakehurst, el jardín de Kew Gardens en Sussex.
Wakehurst es un jardín botánico y arboreto de unos 2 kilómetros cuadrados de extensión, localizado en Ardingly, West Sussex, en el sur de Inglaterra. Desde 1965 está financiado y gestionado por el Real Jardín Botánico de Kew (Kew Gardens). Es uno de los jardines botánicos más bellos e importantes del país y el hogar del Millennium Seed Bank de Kew, que alberga y protege semillas de la colección más sustancial y diversa de plantas silvestres amenazadas y útiles del mundo. Ver: Wakehurst. Un jardín botánico con el mayor proyecto de conservación de semillas del mundo.
Jardín de invierno en Wakehurst
Desde enero de 2019, Wakehurst alberga un nuevo jardín de invierno, donde se consigue conciliar el rigor científico con un diseño estéticamente atractivo.
En realidad, Wakehurst siempre ha sido pionero en los jardines de invierno y uno de los primeros en el Reino Unido se creó allí en 1986, con una importante colección de plantas de interés invernal y una plantación basada en especímenes. Ese diseño se había quedado anticuado y en 2017 decidieron que era el momento adecuado para su transformación.
El encargado de ese cambio fue Francis Annette, supervisor de los jardines de Wakehurst, quien diseñó un jardín ornamental que hace referencia a hábitats invernales silvestres, como los paisajes del Himalaya, la tundra siberiana y los brezales.
Su intención era permitir que se apreciara toda el área en su conjunto, en lugar de plantas individuales. En realidad, entre las más de 33.000 plantas que crecen en ese jardín solo hay 46 variedades diferentes, pero están plantadas en masa para crear gran impacto, con interesantes contrastes de color, como el blanco de las flores de las campanillas de invierno (Galanthus) que florecen debajo de los árboles a mediados de febrero junto al color púrpura de las bergenias.
Lo más destacado
Ricos aromas de flores, tallos de colores encendidos y vistosas cortezas de algunas especies arbóreas se dan cita en una red de caminos sinuosos que serpentean todo el jardín, haciéndolo completamente accesible.
El sitio se limpió casi por completo antes de la replantación integral, aunque se conservaron varios abedules, mahonias (que se podaron con fuerza para crear impacto arquitectónico) y una majestuosa haya (Fagus sylvatica) que ahora tiene una masa de Cyclamen hederifolium alfombrando el área alrededor de su tronco.
Francis Annette se atrevió con la repetición para crear un efecto visualmente más sorprendente, optando por un buen número de árboles y arbustos de solo unas pocas variedades. En las ocho grandes camas de este jardín hay plantados 30 abedules del Himalaya (Betula utilis var. jacquemontii) que se convierten en el marco que los une a todos. Sus troncos con corteza de color blanco puro se entremezclan con el brillo cobrizo de la corteza del cerezo tibetano (Prunus serrula ‘Tibetica’).
Un jardín de invierno no es lo mismo sin la fragancia de de algunas flores. En los bordes, se plantaron grupos generosos de Daphne bholua ‘Jacqueline Postill’, que produce racimos de flores rosadas por fuera y blancas por dentro que son intensamente fragantes y Daphne bhloua var. glacialis ‘Rupina La’, con flores más grandes que otras variedades de color rosa oscuro; y Hamamelis x intermedia ‘Orange Peel’, ‘Jelena’ y ‘Pallida’, que recompensan a los visitantes con su perfume.
El color es también indispensable para iluminar el jardín los días fríos de invierno. En el jardín de invierno de Wakehurst los bloques de cornejos siberianos (Cornus alba ‘Sibirica’), que se cortan cada primavera hasta el suelo para producir esos vibrantes tallos rojos que, además, crean estructura vertical.
Además, los colores ardientes de los cornejos, incluidos también los cultivares Cornus ‘Midwinter Fire’ y, con tallos amarillos, ‘Bud’s Yellow’ encienden el paisaje y contrastan con el follaje de otras plantas. Entre ellas, Bergenia ‘Eroica’, con vibrantes hojas rojas en invierno; gramíneas ornamentales, como las espigas erguidas de Calamagrostis x acutiflora ‘Karl Foerster´y las espigas plumosas de Pennisetum alopecuroides, cuyas matas en abanico se mantiene durante el invierno; y delicados eléboros en flor.
A esa fiesta invernal se unen franjas de Cyclamen coum, Carex, Crocus y alrededor de 45 bolas de boj (Buxus sempervirens) distribuidos en una serie de grupos que se cruzan y conectan las camas de plantación. También se cultiva Rhododendron yakushimanum por su forma arquitectónica.
Otro de los aspectos destacados del jardín de invierno de Wakehurst son sus impresionantes brezos de floración de invierno (Erica), ofreciendo vistosas masas de flores en tonos blancos (Erica x darleyensis f. albiflora ‘Silberschmelze’) y rosa rubí (Erica x darleyensis ‘Rubina’).
Lo cierto es que resulta realmente fascinante ver hasta qué punto se puede crear un espacio cálido, capaz de levantar el ánimo en un frío día de invierno. Cada vez me gustan más los jardines de invierno que saben crear ese ambiente.
Fotos e Información: Wakehurst / Kew Gardens
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