Arboles para siempre. Ya han liberado sus raíces del suelo. Son árboles resucitados, en cierto modo, en manos del artista británico Stuart Frost, y lo han hecho en forma de escultura para espacios abiertos.
De un árbol ya sin vida, este escultor ha desarrollado un trabajo de arte ambiental sumamente inspirador, mediante la técnica de pirograbado. La madera de los árboles que ya se han secado, se tallan con una punta de platino incandescente y, posteriormente, se decoran con estampados que se utilizaban en algunos papeles pintados creados durante siglo XIX. Son dibujos llamativos pero que guardan armonía con el entorno.
Olmos, abetos, álamos, bambú y hasta semillas de piñas de los cipreses, todo le ha servido para crear espacios inspiradores y temporales en diferentes paisajes de países como Noruega, Dinamarca, Taiwan y México.
De alguna manera, esos trabajos de arte ambiental podrían servir para recordarnos a todos que la naturaleza en ocasiones se manifiesta de manera efímera. Todo cambia, se transforma. Hay que descubrir, disfrutar y retener con la mirada aquello que nos sorprende. Tenemos que apreciar con sumo respeto todo lo que la naturaleza nos brinda en un determinado momento, porque nunca se sabe hasta cuándo vamos a poder disfrutar de aquello que hoy nos ilumina la mirada y nos despierta los sentidos.
Os dejo las imágenes y el enlace a su website donde podéis disfrutar de esta serie, junto con otros trabajos realizados por el artista con materiales naturales. Si os han fascinado estas imágenes tanto como a mi, seguro que disfrutáis también apreciando todo el trabajo de este gran artista ambiental.