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Salvia madrensis, una salvia inusual con largos racimos de flores amarillas en otoño

Salvia grande y robusta con flores amarillas
Salvia madrensis

Completamente diferente a la salvia estándar tolerante a la sequía, Salvia madrensis es una salvia muy grande y robusta, que florece desde el inicio del otoño hasta el invierno, cuando otras especies empiezan a estar inactivas, produciendo masas de largos racimos de flores tubulares amarillas, un color inusual en las especies de ese género.

 

Salvia es el género más grande de la familia Lamiaceae, que comprende aproximadamente 900 especies y muchos cientos de selecciones e híbridos hortícolas. El rango de tamaño de planta, tamaño de flor, color de flor, forma de follaje y resistencia dentro del género es tremendo. Incluye plantas anuales, bienales, perennes y especies leñosas tanto de hoja perenne como de hoja caduca.

Salvia madrensis

En ese universo de salvias, es poco habitual encontrar especies con flores amarillas, como es el caso de Salvia madrensis, una planta herbácea perenne semi-resistente (hasta -6,7ºC) originaria del noroeste de México. Su rango de distribución se encuentra en la Sierra Madre Oriental –el epíteto específico madrensis hace referencia a su origen–, una cordillera que se incluye dentro de la región de los bosques madrenses de pino-encino, que presentan clima de montaña, con temperaturas medias que van de 12 a 23 °C, rango equiparable a un clima de subtropical a templado, pudiendo llegar a bajo cero en invierno. Son ecosistemas húmedos o subhúmedos con lluvias que son abundantes. En definitiva, un clima que nos da las pistas de cuáles son las condiciones ideales para su cultivo y nos advierte que, a diferencia de la mayoría de las salvias, no es una planta que tolere bien la sequía y agradece algo de sombra.

Salvia con flores amarillas
 
Una vez que comienza a crecer, cuando el suelo se calienta, sus grandes tallos angulares cuadrados, una característica típica de las salvias, crecen rápidamente hasta convertirse, a finales del verano, en una planta exuberante que puede alcanzar entre 1,5 a 2,1 metros de altura y 1,5 metros de ancho, con grandes hojas en forma de corazón que están muy espaciadas, permitiendo mostrar los espectaculares tallos de 5 centímetros de grosor que tienen crestas a cada lado, enfatizando su cuadratura.

A principios del otoño, la inflorescencia en panículas de casi 30 centímetros de largo se abre con flores tubulares de color amarillo mantequilla que atraen polinizadores como abejas, mariposas y colibríes (allí donde pueden disfrutarlos…). Pero, todo hay que decirlo, esas flores son algo pegajosas y su polen deja una mancha marrón en los tejidos que nos es fácil de quitar, por lo que hay que tener cuidado al manipularlas, especialmente si queremos cortar las espigas para crear arreglos florales.
Hay que plantarla después de que haya pasado todo el peligro de las heladas y la temperatura del suelo comience a calentarse en primavera. Conviene situarla en sombra parcial y cultivarla en suelo húmedo, pero con buen drenaje y mejorado con abono. El riego tiene que ser regular durante la temporada de crecimiento hasta que la planta se establezca, generalmente alrededor de las 12 semanas. Posteriormente, en climas secos, es conveniente regarla semanalmente. Una de las muchas ventajas de cultivar esta planta es que no suele tener problemas de plagas o enfermedades. 
 
Se puede recortar después de la floración para estimular un crecimiento fresco y quizás una repetición de la floración, pero lo importante es recordar que a principios de la primavera hay que podarla con fuerza hasta el nivel del suelo. Crecerá rápido y, si queremos una planta más compacta, se puede hacer una ligera poda de formación a finales de la primavera o principios del verano.
En lo que se refiere a los posibles usos en el jardínSalvia madrensis es una planta que puede funcionar bien en plantaciones de sotobosque bajo el dosel de árboles, pero también  podemos incluirla en la parte posterior de las fronteras mixtas, en jardines estilo cottage y en jardines de vida silvestre que favorecen la biodiversidad. En muchos casos es recomendable que esté situada en un lugar protegido del viento para evitar que las ramas más jóvenes se rompan y, además, no hay que olvidar que crece con rapidez y tiene tendencia a expandirse, lo que en ocasiones hace necesario estacar la planta hasta que se convierta en un grupo más establecido, si no la hemos controlado anteriormente con la poda.
Se han introducido en el mercado algunos híbridos de Salvia madrensis que han mejorado alguna de sus características, como ‘Red Neck Girl’, con tallos de color rojo violeta intenso, hojas verdes plateadas y flores amarillas que surgen en septiembre, un mes antes que las otras formas; ‘Dunham’, un cultivar tolerante al frío y ‘Golden Fountain’, con flores de color amarillo dorado.

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