Aeonium arboreum ‘Atropurpureum’ es una planta suculenta descendiente de la popular especie A. arboreum, que ha sido seleccionada artificialmente en jardinería para fijar esa interesante coloración púrpura-negra que puede apreciarse en sus hojas en rosetas. Durante todo el invierno, las exuberantes inflorescencias cónicas con abundantes flores amarillas, que adoran las abejas, contrastan con el intenso color del follaje.
Sin duda, una de las ventajas que tiene poder cultivar plantas suculentas en el exterior es que te permite disfrutar también de su floración en el jardín, patio o terraza, siempre y cuando las plantas disfrutan de un buen número de horas de sol al día. Si, además, esas flores se producen en invierno, cuando las flores no abundan, la ventaja es aún mayor.
Aeonium arboreum
El género Aeonium lo integran 40 especies aceptadas de la familia Crassulaceae. Más de la mitad de las especies del género son originarias de las Islas Canarias, como en el caso de Aeonium arboreum, una planta todoterreno y una de las suculentas más fáciles de cultivar.
Aeonium arboreum es un arbusto suculento que puede alcanzar el metro de altura. Los tallos son erectos y ramificados, y concentran en el ápice sus hojas carnosas con forma de espátula formando rosetas. En su hábitat natural podemos encontrarla en acantilados entre los 200 y 1.200 metros de altura.
El nombre del género proviene del griego aeonion, que significa eterno y hace referencia a la longevidad de sus hojas. El epíteto específico deriva del latín arboreus, que significa «con forma de árbol», aludiendo al tamaño de la planta, que es mayor que el de otras especies del género.
Habitualmente, el follaje de las plantas de Aeonium arboreum es de color verde amarillento pero, además de algunas con follaje variegado (Aeonium arboreum ‘Albovariegatum’), existen variedades que pueden presentar diferentes grados de tonalidades púrpuras que se expanden en la hoja desde el borde, como Aeonium arboreum ‘Atropuprureum’ (establecido como cultivar en 1959); ‘Zwartkop’, con hojas casi negras; y más recientemente cultivares como ‘Emerald Ice’ y ‘Velour’.
Aeonium arboreum ‘Atropurpureum’
El cultivar Aeonium arboreum ‘Atropurpureum’ es una selección artificial con hojas de un llamativo color rojizo-púrpura casi en su totalidad, a excepción de la base, que mantiene una pequeña parte verde. En realidad, las hojas suelen cambiar de color a lo largo de las estaciones, desde verde rojizo a púrpura rojizo intenso.
Esta forma fue nombrada en su día como una variedad separada (Aeonium arboreum var. atropurpureum), con el nombre varietal aludiendo a la coloración de sus hojas. Sin embargo, hoy en día, el color no se considera una distinción suficiente para justificar un nombre botánico separado y esta selección se tiene que identificar como cultivar.
Crece en invierno
Como sucede con la mayoría de las otras especies y variedades de Aeonium, el cultivar ‘Atropurpureum’ desarrolla la mayor parte de su crecimiento desde el otoño hasta la primavera, disminuyendo la velocidad o quedando inactivos en el verano, según las condiciones.
De este modo, sus rosetas de hojas se agrandan cuando llegan las lluvias en otoño, mostrando algo de verde en el centro, que contrasta con el tono púrpura del resto.
En verano, el crecimiento se ralentiza e, incluso, cesa. Las cabezas se hojas se contraen y oscurecen hasta la llegada de la próxima temporada de lluvias.
Abundantes flores que atraen numerosas abejas en invierno
Lo que más me fascina de esta planta es que, una vez que ha madurado, en invierno se forman largas y grandes inflorescencias en el centro de las rosetas.
Con la forma cónica propia de la especie, las inflorescencias producen abundantes flores pequeñas de color amarillo, resultando extraordinariamente llamativas en contraste con el follaje en tonos púrpura. Claro que, esas flores no solo atraen miradas, sino también una legión de abejas que acuden en masa para libar su néctar, llenando con ello de vida el jardín en una época del año en la que parece que todo está algo más apagado.
La floración se mantiene durante todo el invierno, llegando incluso a la primavera y, una vez termina, la roseta que sostiene la inflorescencia se marchita y cae dejando una marca en el tallo. La buena noticia es que salen nuevos brotes desde el tallo de abajo, así como en la base de la planta, manteniendo con ello la mata de la planta.
En el jardín
Como todas las variedades del género, Aeonium arboreum ‘Atropurpureum’ es una planta muy fácil de cultivar. Crece mejor a pleno sol, en cualquier terreno bien drenado, con preferencia en suelos arenosos.
Puede prosperar también en sombra parcial, pero lo cierto es que cuantas menos horas de sol tenga la planta, menos intenso será el color de sus rosetas, menos profusa será su floración. Además, durante el período de crecimiento activo, que coincide con los días con menos horas de luz del año, los Aeonium agradecen crecer en posiciones muy soleadas.
No requiere un riego abundante, o mejor aún, apenas requiere riego, por lo que es mejor quedarse corto, ya que a esta planta, como a todas las suculentas, no les gusta nada el encharcamiento. Hay que recordar que en verano, cuando la planta descansa, no requieren riego adicional, aunque las temperaturas sean más altas.
Se pueden reproducir fácilmente por esquejes de tallos cuando la planta está activa, preferiblemente en otoño. Este es el método que siempre utilizo y, la verdad, creo que es más sencillo e infalible. Para ello hay que cortar un trozo de tallo con la roseta y permitir que el extremo del corte del tallo cicatrice en un lugar sombreado antes de plantarlo, para evitar que el esqueje se muera debido al consumo de agua antes de que pueda echar raíces. Otro método de reproducción que no requiere dificultad es por división de tallos con raíz.
Casi todos los Aeonium se pueden cultivar a partir de una hoja, teniendo en cuenta que, una vez que enraízan, las rosetas jóvenes son más sensibles desde el principio. También se puede cultivar a partir de semillas, en este caso, con protección superior hasta que aparezca una roseta reconocible.
Si bien A. arboreum puede tolerar temperaturas unos pocos grados bajo cero sin lesionarse, es vulnerable cuando las heladas descienden mucho. En mi caso, las que tengo en el jardín soportaron las heladas de la Borrasca Filomena de 2021, que también afecto a la zona litoral del Mediterráneo con mínimas de -4ºC, aunque sí se dañaron algunas rosetas. Un mal menor que solucioné saneando las partes dañadas una vez que se estabilizaron las temperaturas.
Usos en el jardín
La interesante forma y color de sus rosetas convierten a esta suculenta en perfecta compañera para una gran cantidad de otras plantas. Es especialmente adecuada para plantaciones de estilo mediterráneo y son felices disfrutando del potente drenaje que le ofrece una rocalla. Los jardines sin riego pueden ser también un buen hogar para estas plantas.
En el diseño de jardines hay que tener en cuenta que Aeonium arboreum ‘Atropurpureum’ luce mucho mejor si se plantan en masa, creando un efecto realmente espectacular.
Son ideales también para cultivar en macetas y contenedores, teniendo en cuenta el porte erguido de la planta, lo que significa que, una vez que alcanza cierta madurez, el contendor no debe ser muy alto, pero sí suficientemente ancho para proporcionarle una buena base. La ventaja de cultivarla en maceta es que permite situarla en una terraza o patio, y resguardar la planta cuando el tiempo lo requiera, especialmente si se cultiva en climas menos favorables. Eso sí, es posible que requieran riegos más frecuentes que cuando se cultivan directamente en suelo.
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