Un cultivar de albahaca dulce muy utilizada en las cocinas de Tailandia, Vietnam, Camboya y Laos.
Entramos, de nuevo, en el reino de las Albahacas (ver Plantas aromáticas y útiles. Albahaca, cultivo y variedades), un género(Ocimum L.) con numerosas especies, variedades y cultivares.
De todas ellas, y dentro de la especie Ocimum basilicum o albahaca dulce, hoy os muestro una variedad conocida como albahaca tailandesa (o Thai basil en inglés): Ocimum basilicum var. thyrsiflora.
Albahaca Reina de Siam
Es sabido el gusto de la albahaca como condimento en numerosos platos de la cocina asiática y muy especialmente la albahaca tailandesa. La variedad de albahaca tailandesa de la que os hablo hoy corresponde a un cultivar obtenido en Estados Unidos: ‘Reina de Siam’ o ‘Siam Queen’. De modo que ya tenemos el nombre completo, con apellidos y todo.
Género: Ocimum
Especie: Ocimum basilicum
Variedad: Ocimum basilicum var. thyrsiflora
Cultivar: Ocimum basilicum var. thyrsiflora ‘Reina de Siam’ (o ‘Siam Queen’)
Es uno de esos cultivares que destaca, no solo por su valor culinario, sino también por su valor ornamental. Muy utilizada en todo el sudeste de Asia, se trata de una variedad que aporta un sabor dulce y algo picante, más fuerte que el de la albahaca dulce, muy del gusto de la cocina asiática. Es habitual en las cocinas de Tailandia, Vietnam, Camboya y Laos, donde se la conoce como Bai Horapa.
Tiene porte robusto y compacto y crece hasta 45 cm. Sus hojas son estrechas, de color verde brillante y algo dentadas. Los tallos son de color púrpura y las inflorescencias realmente vistosas, en color rosa-púrpura, con flores de color blanco rosado.
Su cultivo en el exterior solo es posible en climas muy cálidos, donde no hay posibilidad de heladas, que no soportarían. Si decidimos cultivarlas en el exterior, debemos asegurarnos de que el suelo sea fértil y bien aireado, con un pH que oscile de 6,5 a 7,5; y una posición que le asegure de 6 a 8 horas de pleno sol al día. Si se cultiva en macetas en el exterior, no debemos olvidar que es importante que éstas tengan un buen drenaje.
También es posible cultivarlas con éxito dentro de casa durante todo el año, situándolas, por ejemplo, en el interior de un alfeizar soleado.
Si queremos utilizarla en la cocina, es aconsejable que la cosecha se realice en las primeras horas de la mañana, cuando las hojas son menos propensas a marchitarse, puesto que las temperaturas son más frías.
Es recomendable utilizar tijeras para cortarlas, ya que las hojas se dañan fácilmente y conviene manipularlas con cuidado. Suele ser necesario realizar cosechas periódicamente para estimular el crecimiento de la planta. Conviene que, justo antes de que empiece a florecer la planta, se realice una cosecha completa, cortando la planta a 10-15 cm del suelo, lo que favorecerá un segundo crecimiento.
Después de la cosecha podemos optar por secar las hojas o congelarlas. Hay quien opina que es mejor congelar que secar, porque el color y el sabor se suelen conservar mejor cuando se congelan.
Si optamos por congelarlas, hay que desprender las hojas del tallo, limpiar y congelarlas extendidas en papel de horno, antes de transferirlas a bolsas de plástico y volver a introducirlas en el congelador.
Si preferimos secarlas, debemos cortar los tallos a nivel del suelo. Se unen varios tallos y se cuelgan los racimos boca abajo en una habitación cálida hasta que se sequen (normalmente una semana). Después, solo tendremos que guardarlas en un recipiente hermético seco, donde pueden permanecer hasta 12 meses.
Ahora ya solo falta cocinar, eso lo dejo a vuestro gusto y, si no nos apetece cocinar con ellas, siempre tendremos la posibilidad de aprovechar su potencial decorativo y disfrutar de una planta muy vistosa, que llenará de vida el jardín; el patio; la terraza o el alfeizar de la ventana. Una herbácea que se puede combinar con otras muchas especies de plantas y que, además, nos va a proporcionar un aroma realmente atractivo. No se le puede pedir más, digo yo.