En ocasiones nos ilusionamos cuando por fin tenemos en casa o en el jardín esa planta que tanto deseábamos. Pero, desde mi punto de vista, esa ilusión no es comparable con la que se siente al encontrar en un rincón insospechado del campo esas plantas que adoramos.
Junto a una acequia, al cobijo de un enflaquecido olivo y al atardecer, encontrar lavanda floreando es todo un privilegio y, desde luego, no puede ser más mediterráneo. Lavandula dentata L. con el margen de sus hojas dentado y la inflorescencia bien separada de ellas. También conocida como Alhucema rizada, en el Mediterráneo de toda la vida.