La práctica de la jardinería sostenible puede ir tan lejos como se quiera, cuando el fin que uno se propone lo vale. También puede regresar al pasado, si con ello se rescatan prácticas muy provechosas. Ver 4 alpacas “trabajando” en la ciudad de Nueva York demuestra que esto es así.
Encontré la noticia, y en un primer momento pensé que simplemente hablaban del final de la temporada de “spring cutback”, es decir, ese periodo en el que los jardineros del parque elevado High Line de Nueva York preparan el jardín para la primavera, recortando gramíneas y plantas vivaces. En este enlace • Jardineros en el High Line de Nueva York. Primavera • tenéis más detalles de ese trabajo que realizan durante el mes de marzo, no solo los jardineros de la organización de High Line, sino también voluntarios, tras un período de entrenamiento.
Siguiendo con la noticia que os mencionaba, en seguida descubrí en la imagen a una “jardinera” muy especial. Tras leer el título, comprobé que, en realidad, la noticia era que este año el trabajo se ha terminado en un tiempo record, porque ese grupo de jardineros contó con la inestimable ayuda de una cuadrilla, digamos… diferente: cuatro alpacas peruanas (Vicugna pacos). Y no parece que se trate de mero postureo, sino de una colaboración real.
Spring Cutback y las cuatro alpacas en el High Line
Durante un mes, 3 horas cada noche, las alpacas, procedentes de una granja en Rhinebeckse, en el estado de Nueva York y dirigidas por dos cuidadores entrenados, se encargaron de “recortar” las plantas a una velocidad que superaba con creces la de sus “compañeros” de trabajo más expertos.
Ya había leído algo así en el blog Descubriendo Hojas, en el que Lisa comparte numerosos artículos sobre su estancia en Perú. En un post, concretamente, hablaba de un jardín donde sus propietarios tenían dos alpacas que mantenían el césped a raya.
Aunque las alpacas se alimentan de hierba, heno y otra serie de plantas, sin embargo, los narcisos, allium y tulipanes silvestres son venenosos para ellas, por lo que tuvieron que extremar las precauciones durante todo el proceso. También se habilitó una zona donde las alpacas depositaban los excrementos, que después se retiraban para incorporarlo al abono orgánico que se utilizará en el parque.
Ahora, ya están de vuelta en su granja, en el estado de Nueva York. Los jardineros valoran como positiva la experiencia y esperan poder repetir el próximo año, aunque, dicen, no podrán evitar tener que esquivar una y otra vez su saliva si se encuentran dentro de la línea de fuego cuando las alpacas se enfadan. No iba a ser todo perfecto, digo yo.
Fuente y Fotos The High Line