Es la imagen clásica y recurrente, junto a la de los paseos o la lectura de un libro sentado en el banco de un jardín. Cortar flores, seleccionarlas y crear composiciones que nos acerque un trocito de ese jardín más allá de él.
Hayjardines creados especialmente para ese propósito y algunos resultan realmente sugerentes. Se juega con el color y también con la disposición y morfología de las diferentes plantas que iluminan esos espacios, cuyas flores brillarán con luz propia e irán transformando el jardín con el paso de las estaciones, convirtiéndose en protagonistas casi absolutas.
En ocasiones duele dar ese corte al tallo floral, pero una forma de paliar ese dolor es pensar que ayudará a embellecer aún más la planta, fortaleciéndola y mejorando su floración. Dalias, rosas, peonias, caléndulas, godetias, cosmos, aromáticas, escabiosas, lirios, alstroemerias, coreopsis, rudbeckias, equinaceas y una lista interminable de plantas, cuyos tallos florales suben como la espuma, sobresaliendo, llamando nuestra atención. Así son esos jardines: en la base, las plantas, y mucho más arriba, asomarán tarde o temprano las flores del jardín.