William Morris no era diseñador de jardines, pero sí fue artesano, impresor, diseñador, escritor, poeta, activista político. Un hombre polifacético considerado como uno de los creadores del movimiento Arts & Crafts , una escuela artística que surgió en Inglaterra en 1880 y se desarrolló en el Reino Unido y en los Estados Unidos durante los últimos años del siglo XIX y en los comienzos del siglo XX. Entre sus principios, destacan el rechazo a la separación entre arte y artesanía y a los métodos industriales de trabajo que separan al autor de la obra que está realizando.
El amor de William Morris a las flores inglesas le inspiró para la creación de sus famosos papeles pintados, así como todos los materiales textiles y tapicerías que llevaron su firma. En esa obra, los colores delicados y armoniosos eran su sello de identidad. El diseño moderno está en gran medida inspirado en el trabajo de Morris.
Para los artistas y artesanos incluidos en el movimiento Arts & Crafts , la naturaleza era el mejor lugar para obtener ideas y consideraron que vivir en el campo era más adecuado para sus propósitos. Muchos de ellos se trasladaron a vivir en la región de Costwolds. Incluso, se les ha llegado a considerar los primeros ecologistas, ya que pensaban que se debían utilizar los materiales locales para la creación de los diferentes productos. Su propósito, demostrar que lo útil no está reñido con la estética y la belleza. Un concepto que posteriormente inspiraría al movimiento Art Noveau, cuyas formas onduladas también imitó.
Pero voy a volver al principio, cierto que Morris no era diseñador de jardines, sin embargo, sus principios le valieron para realizar un fantástico jardín en la que fue su casa de verano, desde 1871 hasta que falleció, en 1896. Durante 25 años apenas realizó cambios en la mansión Kelmscott Manor, en Cotswold, Oxfordshire, Reino Unido. Consideró que la casa era totalmente armónica con el entorno natural. Una casa que le pareció una auténtica obra de artesanía, inalterada durante dos siglos, con muros sobrios de piedra caliza local y buhardillas pintorescas donde habían vivido en su época campesinos y pastores. Una casa, según sus propias palabras, que parecía “nacida de la tierra”.
En el jardín, sin embargo, sí realizó algunos cambios adaptándolo al criterio Arts & Crafts. Se podría decir que se trasladó al jardín el concepto que Morris tenía de arte, que debía hacerse “por la gente y para la gente, como un placer para el que lo hace y el que lo disfruta”.
Se apartó de la doctrina de los jardines victorianos y buscó la inspiración en el arte medieval; en los jardines italianos; árabes y japoneses. También sentó las bases para el nuevo concepto de jardinería. Ser jardinero, cuidar el jardín crear tu propio jardín comenzaba a entenderse como un trabajo gratificante y relajante.
Años después de su muerte, tras el deterioro que había sufrido el jardín, la Society of Antiquarians of London –actual propietaria- encargó el trabajo de restauración del jardín al diseñador de jardines Hal Modgridge, quien se inspiró en las pinturas y dibujos que sobrevivieron de la colección de Morris y que reflejaban su idea de concebir ese jardín. Hablamos de signos claros de inspiración Arts & Crafts: uso de la elementos decorativos hechos a mano (pérgolas, enrejados, cerámica, etc.). Largos paseos, alineados y compartimentados. Diferentes áreas para diferentes propósitos que se separan por paredes de ladrillo, enrejados, setos y terrazas. Jardines destinados a dejar claro testimonio de los cambios de estación, así como la armonía del paisaje con la naturaleza. El resultado es un maravilloso jardín, pensado para ver y disfrutar desde dentro, para sentirlo, para vivirlo.
Imágenes: Britain Express | Flickr