Hace unos días, leí en El Blog de Paco Nadal un artículo acerca de una pareja inglesa que viajó a Ecuador en 1982. Una vez allí, se enamoraron de sus bosque nublados, decidieron quedarse y, según el título de su entrada, la pareja ‘compró bosques para alimentar colibries’.
Bien, en la entrada de su blog, Paco Nadal aclara rápidamente a qué se refiere ese título. Lo que hicieron, en realidad, fue comprar poco a poco hectáreas de bosque, para salvarlos de una tala segura. Tuvo la suerte de conocerlos y, en su artículo, nos da todo lujo de detalles acerca de la aventura de esa pareja, que acabó convirtiéndose en un proyecto fantástico. Una hospedería, construida sobre una colina, desde donde puede contemplarse el bosque.
Al entrar en la página web, su mensaje de bienvenida comienza así: <es un sueño que llego a ser realidad, para nosotros y para cada amante de las aves o de la naturaleza en su abundancia, para todos cuya imaginación se vea estimulada por este concepto extraño de ¨Bosque Nublado’>.
Y ¿qué es exactamente el bosque nublado? Es el bosque intertropical que toma el agua de la niebla. También conocido como bosque musgoso. Un microclima que crea un paisaje mágico. Cualquier acción que vaya encaminada a preservarlo es digna de admirar.
La experiencia de este proyecto deja patente la clara voluntad de crear un espacio para la conservación activa del bosque nublado, pero también para la educación y, por supuesto, para la contemplación.