Mira que tienen suerte algunas calabazas, que por arte de “magia” han acabado bien acomodadas en el Real Jardín Botánico de Madrid y, parece ser, con intención de quedarse allí este otoño.
Continúo mi proceso de reconciliación con el mundo de las calabazas. Si hace unos días veíamos grandes y muy variadas especies de calabazas que se cultivan en el condado de Skagit, en el estado estadounidense de Washington (ver El universo de las calabazas en otoño); y esta misma semana disfrutábamos de calabazas más pequeñas y decorativas en Calabazas ornamentales. Para gustos, los colores (y materiales); hoy el turno le toca a “Las Calabazas del Botánico”.
Las Calabazas del Botánico
Si acudes estos días al Real Jardín Botánico de Madrid, serás recibido a la entrada por una curiosa y singular muestra de distintas variedades de calabaza (géneros Cucurbita y Lagenaria) que se cultivan en el huerto del Jardín y que, con una finalidad didáctica, persigue dar a conocer algunas de la infinidad de variedades que tienen estos géneros. De hecho, nos han regalado una foto en la que podemos ponerle nombre a esas calabazas, algunas con formas realmente divertidas, que posan en la “foto de familia”.
Desde la conocida como turbante turco hasta la del peregrino, pasando por la de cabello de ángel, la bip max o, la que en los próximos días adquirirá cierto protagonismo, la calabaza de Halloween; hasta otras nuevas como la ‘maza de Hércules’ o la de ‘Peter Pan’, tal y como apunta Eustaquio Bote, jardinero del Real Jardín Botánico y responsable de la selección de variedades que se muestran.
Originarias de América (Cucurbita) y de África (Lagenaria)
Aunque su cultivo está extendido por otras zonas del mundo, las calabazas son originarias de América (Género Cucurbita) y de África (Género Lagenaria).
Herbácea rastrera de la familia Curcubitaceae
La calabaza es una herbácea rastrera, de la familia de las cucurbitáceas (Curcubitaceae). Se trata de un fruto voluminoso, generalmente esférico, de corteza gruesa y carne pulposa con multitud de semillas. Tiene un 90% de agua, muy pocas grasas y azúcares.
Variedades, colores y formas de calabazas
Entre multitud de variedades encontramos prácticamente todos los colores: rojo, verde, amarillo, negro, gris, blanco, naranja e incluso azul, sucediendo de igual manera con las formas: de botella, alargada, redonda, lisa o rugosa.
Calabazas comestibles y calabazas ornamentales
Según su uso, se clasifican en comestibles (para humanos y ganado) y ornamentales.
Las plantas cuyo fruto es comestible son anuales, aparradas y con raíces aéreas que nacen de los nudos del tallo. Normalmente se emplean en cremas, guisos, potajes o guarnición. La variedad, de color blanco con dibujos verdes y forma esférica más o menos alargada, se la conoce como «Confitera de Cidra». Y con su pulpa se prepara el famoso elemento culinario cabello de ángel.
Es posible encontrar calabazas en los mercados durante todo el año, aunque las comestibles se restringen de abril a diciembre.
Algunas especies tienen flores comestibles, de color amarillo, con los pétalos soldados en forma de campana. Además de su uso ornamental, también son comestibles, rebozadas o en ensalada y empiezan a tomar protagonismo en la cocina creativa.
Estamos en otoño y, también, en el Real Jardín Botánico de Madrid. Tal vez no sería mala idea dar un paseo y disfrutarlo.
Estamos en otoño y, también, en el Real Jardín Botánico de Madrid. Tal vez no sería mala idea dar un paseo y disfrutarlo.