En la vida todo es un círculo. Empieces por donde empieces. Da igual. Siempre acabamos en el mismo punto. Creemos descubrir algo novedoso, inventar, y al final, siempre imitamos todo o parte de lo que ya se había creado antes. Hoy nos quedamos por aquí, por Valencia. Para algunos será un gran viaje, para los valencianos un viaje un tanto austero, pero siempre es una excursión. Nos vamos a Bétera.
En los paseos por el campo, si te desvías de los caminos, acabas encontrando auténticas joyas como ésta. Hace meses descubrí lo que yo consideré un gran tesoro y que, inmediatamente, se convirtió en mi jardín secreto. Terrazas de algarrobos, creadas para salvarlos de la humedad, pues están en zona de torrenteras.
Es fascinante, también, ver todo el ‘ritual’ creado, ahora diríamos ‘diseñado’, para conseguir algarrobos fuertes y que los chupones no le resten energía a la hora de producir frutos. Para ello, crean acolchados de piedra alrededor del árbol. Yo pensaba que la finalidad de esas piedras era dirigir el crecimiento de un árbol que tiende a ser retorcido, tormentoso. No crece sereno. Es rebelde y pensé que lo ‘sujetaban’ con piedras.
En fin, todo un mundo por descubrir. Lo que sí está descubierto es el valor de su fruto. Ese que siempre se dice que alimenta al ganado, pero que en tiempos de hambruna alimentó a muchos humanos. Ese que dio origen al término quilate, de la palabra griega karation (signfica algarrobo), porque su fruto, al tener un peso muy uniforme, suponía una buena ‘bara’ de medir el peso de las joyas.
Un árbol humilde pero bello, que ha sido testigo de muchas historias. Lo han valorado todas las civilizaciones mediterráneas, llegando a ser todo un símbolo. Ha dado cobijo a familias y campesinos de varias generaciones, siendo fiel testigo de sus secretos. No es seguro que sea autóctono, sino que se ha cultivado desde tiempos remotos, aunque está totalmente naturalizado y crece de forma espontánea.
Si tenéis curiosidad en conocer los entresijos que rodean al mundo del algarrobo, no os perdáis los vídeos que aparecen abajo. No hay mejores maestros que los abuelos sabios. En los vídeos, nos hablarán de bordes machos, que son las flores masculinas que se necesitan para polinizar. El escarcho, que es el hongo que afecta a las garroferas, por acumulación de agua en la base de la cruz de las ramas principales del árbol. También mencionan a los esporgadores, que son los podadores, oficio que ha ido pasando de generación en generación. Y, por último, hablaran de plegar garrofas, que no es otra cosa que a recoger el fruto, las algarrobas.