Tu en casa y yo en el parque o jardín. Algo así se dicen la poinsettia al ciclamen en Navidad. No es en absoluto mala idea plantearse la decoración navideña con ese criterio.
La primera vez que vi Cyclamen persicum en los espacios públicos durante la Navidad fue en Tahormina (Sicilia). Un acierto, una maravilla. Este año, lo he visto en La Eliana (l’Eliana), un pueblo próximo a la ciudad de Valencia. El Ayuntamiento ha decidido utilizar mayoritariamente ciclamen en sustitución de la poinsettia y, se sobreentiende, por una razón lógica: la climatología en diciembre juega a favor del ciclamen. A estas alturas, es conocido por todos que la poinsettia que compramos para las fiestas navideñas, están forzadas y manipuladas para la ocasión y, por lo tanto, tiene mucho más sentido su uso como planta de interior y… que dure lo que dure, que no suele ser mucho porque tampoco le gusta mucho estar en casa.
Personalmente, creo desde hace tiempo que en terrazas, balcones, ventanas, porche, patio o jardines públicos y privados, el ciclamen–Cyclamen persicum– es una buena alternativa para unas navidades bien decoradas y con aspecto saludable a lo largo de todas las fiestas y unos meses más.
¿Qué sabemos del ciclamen?
El género, Cyclamen, contiene cerca de 20 especies, todas nativas de la región Mediterránea, concretamente del oeste de Asia Menor -desde el sur al oeste de Turquia hasta Jordania-. La especie que ha ido ganando más popularidad es el Cyclamen persicum, introducido en en siglo XVII. De esta especie derivan las plantas que se comercializan en la actualidad. En España fue introducido en los años 40 por Rudolf Klobuznik, un jardinero austríaco que se había establecido en Madrid y que consiguió, mediante mezcla de variedades, conseguir especies adaptadas a las condiciones climáticas de la Península Ibérica
Se trata de una planta vivaz con raíz bulbosa que florece en otoño, invierno y primavera. Especialmente querida por su floración durante los meses de invierno. Hojas moteadas en color plateado y en forma de corazón. Sus flores, de cinco pétalos, son de color blanco o rosa pálido, con rosa oscuro en la base; pero las variedades introducidas nos permiten disfrutar de colores y combinaciones que incluyen el rojo o el rosa púrpura intenso.
Se suele comercializar como planta para maceta o jardinera. Crece mejor cuando las temperaturas son frescas y la luz intensa. Y lo más importante, quiere humedad pero nunca encharcamiento. Lo ideal es poner el agua en el plato y dejar que la planta lo absorba durante cinco minutos y después retirar. Mientras la tierra tenga humedad no es necesario volver a regalarla. Los tallos florales suelen ser los primeros en avisar. Cuando se mantienen erectos, podemos estar seguros de que la planta no necesita riego. También es importante arrancar de un tirón los tallos florales una vez que se ha pasado la flor. También es necesario retirar las hojas secas en la base. Con ello estaremos evitando fuentes de pudrición que son letales para el ciclamen.
Hay quien consigue naturalizarlos en el jardín. Se suele recomendar plantarlos en la base de árboles caducifolios, de ese modo, la luz durante su floración en invierno está garantizada y, además, aportamos interés y un toque de color a esa zona, mientras el árbol descansa.
En cuanto a la propagación, puede hacerse por semilla y división vegetativa, pero no resulta fácil. Por semilla es muy lento y con pocas posibilidades. En cuanto al tubérculo, tiene pocos puntos de crecimiento, lo que lo dificulta, además de ser muy propensos a la desecación y la podredumbre. Por ese motivo, es una planta que se recomienda comprar en maceta para introducirla en el jardín.
Dicho esto, mi recomendación particular para estas navidades es el Cyclamen persicum, en la calle y de fiesta.
Ver también ► Especies botánicas de Cyclamen para el jardín