Cuando no están en flor su apariencia puede confundir ambas especies. Pero hay pequeños detalles en sus hojas que pueden ayudar a su identificación. Sin embargo, cuando están en flor ya no hay duda: unas flores son blancas, las otras son rosas. Ambas pertenecen a la misma familia, Cistaceae, y el mismo género, Cistus; ambas crecen en estado silvestre en la región mediterránea y son excelentes compañeras de otras plantas mediterráneas para jardines de bajo mantenimiento. Pero vamos a verlas por separado.
Cistus salviifolius
Cistus salviifolius (jara negra o jaguarzo morisco, entre numerosos nombres comunes) es un arbusto que crece desde el nivel del mar hasta los 1.100 metros de altitud, en matorrales, pinares y encinares de la región mediterránea, desde Portugal a Turquía. En la Península Ibérica podemos ver esta planta en todas las provincias. Otra planta mediterránea que nos va a resultar muy útil para utilizar en jardines con criterios de sostenibilidad en el jardín. Sus flores blancas aparecen desde el despertar de la primavera en marzo, hasta julio. Combinan muy bien con otras plantas mediterráneas que les gusta crecer a pleno sol (aunque éstas soportan la sombra) y en suelos ligeros, arenosos y bien drenados.
Se desarrolla bien en zonas de calor extremo y sequía tenaz. Es muy resistente a plagas y enfermedades. No necesita abono y solo requiere alguna poda muy ligera para mantener la estructura. En fin, que no se le puede pedir más. Es, como todas las de su género (Cistus), una planta todoterreno a tener en cuenta para jardines con bajos requerimientos hídricos.
Cistus salviifolius tiene hojas redondeadas, de un verde oscuro, no viscosas. La planta sin flores se podría confundir con Cistus creticus, pero se diferencia bien de esta especie en el momento de la floración, pues tiene flores rosas, como muestro a continuación.
Cistus creticus
Cistus creticus (cisto macho o jaguarzo delgado, entre otros nombres comunes) se encuentra a una altitud de 50-650 metros, en el este de la Península Ibérica, Menorca, Córcega, Cerdeña, Península Itálica, Sicilia, Norte de África, Mediterráneo oriental, costas S y E del mar Negro y Crimea.
Es muy común verla crecer en romerales calcícolas en suelo algo arenoso, formando comunidad con Erica multiflora (especialmente en Menorca) y en las gargantas del río Júcar en Villa de Ves (Albacete y Valencia) conviviendo con Buxus sempervirens y Fraxinus ornus. En las Baleares sólo hay dos jaras que tengan las flores rosas, una es Cistus albidus (ver aquí), que está en todas las islas; y la otra es la que muestro hoy, Cistus creticus, que sólo está presente en Menorca. Aunque sus flores se parecen mucho, el resto de la planta es muy diferente en ambas especies.
Como comentaba antes, las hojas de Cistus creticus son más parecidas a las de Cistus salviifolius, redondeadas, con los nervios reticulados bien marcados y de color verde oscuro. Los diferenciaremos por la parte basal de las hojas, en Cistus creticus los pecíolos abrazan el tallo formando una pequeña vaina, mientras que Cistus salviifolius los pecíolos son libres y no forman esta vaina; además, como puede apreciarse en las fotos, esta especie tiene las flores blancas, con lo que el problema queda resuelto si las plantas están en flor.
Ambas especies tienen otro aspecto en común y es que son muy adecuadas para utilizar en jardines de roca y, por supuesto, para interesantes agrupaciones arbustivas, incluso en zonas costeras.
Me encanta este género y creo que es absolutamente recomendable incluir alguna de sus especies en aquellos jardines que reúnen las condiciones óptimas para su cultivo. Poca exigencias y poca agua son dos valores a tener en cuenta si queremos practicar una jardinería respetuosa con el medio ambiente. Hay que sumar ejemplos.