Una clemátide con masas de pequeñas y fragantes flores blancas en verano. Clematis flammula es un arbusto trepador de hoja caduca originario de la cuenca mediterránea, las Azores y Asia occidental, pero que se cultiva en todo el mundo como planta ornamental en jardines.
Uno de sus nombres comunes más utilizados es hierba muermera, aunque lo cierto es que Clematis flammula tiene un buen número de nombres vernáculos y parece que alguno de ellos, como gata rabiosa, hace referencia a la irritación que puede producir cuando se machaca en fresco. Eso sí, en seco pierde esta cualidad y sirve de alimento para el ganado.
Clematis flammula en la naturaleza
Hace ya unos ochos años compartí fotos de está clemátide creciendo en estado silvestre sobre un muro bajo de piedra. Acababa de descubrir esta fantástica liana característica de los sistemas forestales y zarzales del Mediterráneo. Una clemátide que durante todo el verano se cubre de abundantes y diminutas flores blancas que tienen un aroma extremadamente dulce a almendras amargas.
Clematis flammula es una trepadora caducifolia que se extiende por toda la cuenca del Mediterráneo, las Azores y Asia occidental hasta Pakistan. En la Península Ibérica se distribuye en el sur y el este; y en Baleares se encuentra en Mallorca, Menorca e Ibiza.
Claro que, esta clemátide mediterránea no solo se puede disfrutar en estado silvestre, sino que es también muy utilizada en jardinería por su valor ornamental, especialmente como planta trepadora o como cubierta vegetal en pendientes donde las condiciones son difíciles.
Clematis flammula en el jardín
Clematis flammula es una clemátide de crecimiento rápido muy vigorosa, que puede llegar a alcanzar una altura de 2 a 4 metros y una extensión de alrededor de 1 metro. Tiene tallos leñosos, al menos inferiormente, y sarmentosos; con hojas divididas que son de color verde oscuro brillante.
Pero su verdadero valor ornamental se encuentra durante el verano y hasta principios del otoño, cuando produce grandes panículas de tallo largo, de hasta 30 cm de ancho, con abundantes y pequeñas flores individuales de cuatro pétalos blancos que son fragantes; seguidas de decorativas cabezas de semillas plateadas de aspecto plumoso.
Podemos plantarla en primavera o a principios de otoño, siempre teniendo en cuenta que aprecia una posición soleada o de sombra parcial. Lo bueno es que prospera en cualquier tipo de suelo, siempre que esté bien drenado, incluso en suelos arenosos o pedregosos, ligeramente ácidos, neutros o calcáreos. Además, es muy resistente a plagas y enfermedades.
Es una planta de rusticidad media que, una vez madura y bien enraizada, puede resistir temperaturas mínimas que se sitúan entre -12 y -15°C de pico. Del mismo modo, cuando la planta ya está establecida pueden soportar periodos de sequía estival de cuatro a cinco meses.
Se debe podar al final del invierno o principios de la primavera, cuando los brotes muestren signos de crecimiento, generalmente en febrero.
Hay que tener en cuenta que estas clemátides, cuando están recién plantadas, deben podarse con fuerza la primera primavera después de la plantación. En este caso, hay que recortar justo por encima de un par de brotes de hojas fuertes, a unos 30 cm por encima del nivel del suelo. Esto fomentará múltiples tallos que se pueden entrenar en soportes para brindar una buena cobertura. Durante la primavera y el verano, se atan los nuevos brotes, espaciando los tallos de manera uniforme sobre el soporte.
Una vez que la planta está establecida, en febrero o marzo se tienen que cortar todos los tallos viejos al par más bajo de cogollos sanos a 15-30 cm por encima del nivel del suelo.
Si no se poda, este grupo continuará creciendo desde donde terminó el crecimiento de la temporada anterior, volviéndose un arbusto pesado en la parte superior, con una base desnuda y floreciendo muy por encima del nivel de los ojos y con una base desnuda.
Claro que, si en el jardín donde se cultiva esta clemátide no tiene el espacio limitado, se puede dejar sin podar para trepar por pérgolas o cualquier estructura que le sirva de guía para progresar en su escalada.
Variedades de jardín de Clematis flammula
El primer registro de cultivo de Clemmatis flammula como planta ornamental para jardines se encuentra en el año 1590, lo que hace lógico pensar que, aparte de la especie botánica, se pueden encontrar variedades hortícolas que han mejorado su comportamiento en el jardín, así como sus cualidades, entre ellas, el color de las flores.
Una de ellas es Clematis ‘Sweet Summer Love’, una variante de C. flammula que produce pequeñas flores estrelladas, con 4 tépalos de color violeta con el envés blanco. El corazón de la flor está adornado con estambres blancos con anteras rosadas.
Clematis x triternata ‘Rubromarginata’ es una excelente variedad hortícola. Se trata de un híbrido obtenido por el cruce entre Clematis flammula y C. viticella , ambas especies adaptadas a los veranos secos. Produce panículas de pequeñas flores con 4 tépalos blancos, cuya punta es de color púrpura, alrededor de un ramillete de estambres de color amarillo pálido, de 2,5 a 3,5 centímetros de diámetro. Las flores son fragantes y melíferas.
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