La mayoría de los crisantemos que compramos en estas fechas son híbridos cultivados para ofrecer flores muy grandes y con una gama de colores muy amplia. Esa ventaja que tenemos al adquirirlas en los centros de jardinería y otros puntos de venta, se convertirá en una gran dificultad a la hora de cultivarlas en nuestro jardín, patio o terraza, por dos motivos fundamentales.
La capacidad de adaptarse a las temperaturas propias del invierno se pierden en gran parte en todos esos híbridos, que se convierten en el espectáculo por excelencia del otoño en lo que a plantas en maceta se refiere.
Por otro lado, el aparato radicular de estas plantas, tampoco es tan fuerte como cualquier especie de crisantemo que no se ha forzado. Esto, obviamente, también nos podrá difícil el éxito si decidimos que ese crisantemo que compramos en otoño, tenga un final feliz en nuestro jardín, balcón o terraza.
Ya comenté en su día que los crisantemos, al ser «plantas de día corto”, forman sus botones florales cuando la duración de la luz solar es inferior a catorce horas diarias (noches de nueve horas y media, como mínimo). Si la noche se interrumpe mediante alumbrado artificial y no llega a siete horas consecutivas, los botones florales se anulan y la planta continúa su crecimiento vegetativo sin florecer. Además, la temperatura nocturna ideal será 15ºC y no debe bajar de 10ºC.
Por lo tanto, su floración forzada, para hacerla coincidir con la campaña de “Todos los Santos”, nos tiene que ayudar a comprender que se trata de plantas que podremos disfrutar durante esa temporada otoño-invierno. En ese periodo, al permanecer en macetas, no debemos descuidar su riego, lo que nos ayudará a alargar durante unos meses la vida de esa planta. Pero no debemos esperar mucho más de ellas.
En ocasiones, solo en ocasiones, y tras finalizar la floración, se puede trasplantar, pinzar -bajándolas hasta un nudo- e intentar que prospere su cultivo, cubriéndola con algo de acolchado para proteger su aparato radicular del frío y heladas propias del otoño e invierno. No nos servirá de nada introducirlas en el interior de nuestras casas para protegerlas de los rigores invernales, porque necesitan la luz del sol para prosperar, por lo que las posibilidades de éxito son nulas.
Significa esto que no debemos comprar esos crisantemos? No, claro que no, tan solo significa que debemos entender que son plantas cultivadas con un propósito. Si nos gusta esa planta, por qué no adquirirla, del mismo modo que compramos la Poinsettia (Euphorbia pulcherrima) en navidades, aun sabiendo a ciencia cierta que lograr su cultivo después de las fiestas es tarea casi imposible.
Los crisantemos que se cultivan en primavera florecen en otoño y pueden hacerlo año tras año
Pero si de verdad queremos cultivar en casa ejemplares de Crisantemo con éxito, lo ideal es adquirir esquejes o plantel en primavera, cultivarlos y dejar que se desarrollen durante el verano. Entonces, florecerán de forma natural. Si no se consiguen los esquejes o plantel, podemos comprarlo en maceta de tamaño pequeño (10-12 cm de diámetro), podarlos a un nudo y dejar que se desarrollen durante el verano.
El crecimiento vegetativo se potenciará despuntando unos 2 cm cada 4 semanas, hasta mediados de agosto como fecha límite. A Partir de entonces, esperamos pacientemente. Al llegar el otoño, florecerá de forma natural y tendrás bonitos colores para disfrutar, pero, además, con toda probabilidad, habrás cultivado una planta fuerte, resistente, que sobrevivirá el invierno y florecerá en tu jardín, patio o terraza año tras año.
Mientras tanto, os recuerdo que el año pasado publiqué un artículo sobre los diferentes grupos del género Chrysantemum y sus variedades, que os invito a visitar de nuevo • En otoño, crisantemos. Hablando de crisantemos •