Hoy os propongo un paseo por Dumbarton Oaks en Washington, para poder apreciar el rastro que dejó en sus jardines una pionera: Beatrix Farrand (1872-1959), cuyo trabajo ha servido para el estudio de la arquitectura del paisaje.
Experta y fundadora de la Sociedad de Americana de Arquitectos Paisajistas en 1899, Beatrix Farrand, nacida en New York, comenzó, a los veinte años, a estudiar botánica, jardinería y ordenación del territorio con Charles Prague Sargent, botánico y primer director del Arnold Arboretum de la Universidad de Harvard. Además de sus estudios, los viajes que realizó a Europa complementaron la formación, que posteriormente aplicaría en sus diseños de jardines, impregnándolos de espíritu fresco, natural.
Implementó un rasgo distintivo de la arquitectura paisajista moderna: la demarcación de los diversos espacios a través de diferentes plantaciones, definidas por áreas de vegetación diversas, que marcan claramente la transición de un lugar a otro dentro del jardín.
Dumbarton Oaks es, probablemente, su obra maestra. Un trabajo complejo en el que tuvo que estudiar exhaustivamente la topografía del lugar, para adaptarse a ese terreno, en lugar de modificarlo.
Creó nuevas texturas, aplicó tonos delicados, que evocan la paleta de colores de los pintores impresionistas, y reconcilió estilos de jardín ingleses, franceses e italianos. Piedras traídas de México, agua para mostrar vitalidad y caminos perfectamente definidos. El resultado, creo, es obvio. Si no conocíais este jardín, os invito a pasear por él. Hay infinidad de caminos por recorrer y todos perfectamente diseñados y delimitados.
Fotos e información: Dumbarton Oaks Garden y Beatrix Farrand Society