Receptáculos rectangulares, cuadrados o redondos. En piedra, latón, acero inoxidable o acero corten. Hay diferentes diseños y materiales, pero todos tienen en común que están elevados y contienen agua. Son abrevaderos o bebederos donde no bebe ningún animal, pero que aportan valor ornamental al jardín y, en ocasiones, incluso, pueden utilizarse para recoger agua de lluvia.
El diccionario de la lengua española de la RAE define abrevadero como estanque, pilón o paraje del río, arroyo o manantial a propósito para dar de beber al ganado.
Los abrevaderos primitivos eran pequeños recipientes de mampostería hechos con piedra, argamasa de cal, arena y material de desecho, que, por regla general, solían ir asociados a otras construcciones hidráulicas como acequias, estanques, pozos, aljibes o molinos de agua. En ocasiones, incluso, se ubicaban junto a manantiales.
A partir del siglo XX la fabricación de este tipo de recipientes para abrevar se ha industrializado, y los fabricantes ofrecen una variedad de bebederos para animales hechos de diferentes materiales. No obstante, lo cierto es que todavía se pueden encontrar los primitivos abrevaderos en ambientes rurales.
Abrevaderos o bebederos en el jardín
Obviamente, en un jardín ornamental hablamos de abrevadero o bebedero como una característica de agua que se integra en la plantación y en ocasiones se convierte en interesante punto focal. Adoro esa especie de tanques o bañeras que se incorporan a los jardines, especialmente aquellos en los que predomina la plantación de estilo naturalista.
Es cierto que la tendencia ahora es ver antiguos barreños, tanques y abrevaderos de metal o piedra, o modelos actuales que los imitan, convertidos en contenedores para plantas ornamentales o del huerto. Una práctica llena de encanto y con ideas realmente inspiradoras, si no te interesa incorporar una característica de agua en el jardín.
Sin embargo, hoy quería detenerme en destacar estos elementos con gran valor ornamental, y hacerlo en su esencia, es decir, destacando las virtudes que puede aportar en el diseño de jardines la utilización del agua en esos receptáculos.
En el jardín, los abrevaderos ornamentales se comportan como estanques elevados que proporcionan un cuerpo de agua en calma, lo que permite reflejar el cielo, con o sin nubes según se presente el día (…), así como las plantas que los rodean. Un concepto que eleva, sin duda alguna, la belleza del jardín, siempre que sepamos elegir el modelo que mejor se adapta al diseño.
Pero no son solo ornamentales todas las ventajas de los abrevaderos o bebederos, puesto que también tienen algunas funciones que pueden hacer la jardinería más sencilla, ya que nos permiten, por ejemplo, tener agua a mano para un riego puntual o para lavar algo en un momento dado. Además, puede convertirse en un encantador recipiente donde recolectar agua de lluvia, cada vez más apreciada, dicho sea de paso.
Este recurso se puede ver en numerosos jardines diseñados por prestigiosos paisajistas. Es un recurso muy utilizado por Tom Stuart-Smith en sus proyectos, incluido su propio jardín The Barn, en Hertfordshire, Reino Unido.
En los diseños actuales, suelen utilizarse bebederos de metal. Estos pueden ser modelos antiguos recuperados; o fabricados, en este caso, casi siempre suelen estar hechos con acero corten, ya que tiene la ventaja de que proporciona un acabado desgastado, pero con resistencia a la corrosión atmosférica cuatro veces superior al acero ordinario. También se pueden encontrar fabricados en acero inoxidable e, incluso, combinados con madera.
En algunos casos, cuando se trata de diseños con aire rústico, la opción pasa por bebederos hechos de piedra o, en ocasiones, recuperados, lo que eleva su valor ornamental.
Eso sí, no todo podía ser ventajas, ya que los abrevaderos requieren una limpieza ocasional, lo que supone un trabajo extra en el jardín. Pero es que el jardín siempre da trabajo, para que nos vamos a engañar.
Fotos: Tom Stuart-Smith, Marianne Majerus, Andrew Lawson, RHS
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