Cuando éramos pequeños nos solían decir que hay que hacer caso de lo que dicen los mayores… Qué poco gustaba esa frase. Claro que para eso están los años, que pasan y cuantos más añades más necesario se hace echar mano de la sabiduría de los abuelos.
No es que hacerse mayor le haga a uno más sabio sin más, como salen canas en el pelo. Está claro que no es así de sencillo. Pero los aciertos y errores son mayores en número y todas esas experiencias bien organizadas se convierten en un manual que bien vale para manejarse algo mejor en la vida.
Del “rincón”del Retiro de Madrid que os he comentado en otro post hay mucho que hablar. Los Viveros Munipales «Estufas del Retiro» aspiran a convertirse en un gran Museo de Jardineros. Dentro de ese proyecto se encuentra la exposición permanente de la que os había hablado hace tres años y que constituye el punto de partida.
Dicen que cuando se reintegró el parque del Retiro a los ciudadanos, tras la Revolución Gloriosa de 1868, nació un romance entre el pueblo de Madrid y el Retiro. Los romances ya se sabe, algún disgusto dan, pero son siembre una alegría. Así que hoy os propongo enamoraros un poco del los tesoros que esconce la jardinería en España, pero no la actual, sino la que ha transcurrido a lo largo de los años. La que recogió la tradición hispanorromana en el siglo XVI, la propuesta renacentista en los XVII y XVIII de manos de sagas como la de la familia Fuentidueña, jardineros y arbolistas del Buen Retiro en el siglo XVII. La influencia del paisajismo inglés tan ligado a la naturaleza o la geometría neoclásica del jardín francés, hasta llegar al romanticismo en el siglo XIX.
Un poco de todo eso se puede imaginar cuando se visita ese espacio. Cuando Javier Spalla explica lo que allí se exhibe, lo vive como si acabara de inaugurarlo, no muestra hastío, sino un gran entusiasmo al detallar cada uno de los objetos y muestras que pretenden ser prueba del desarrollo de la jardinería.
Praderas, plantones y rosaledas se exhiben en grandes fotografías. Fotos de las cebollas de flor –junquillos o narcisos- y los populares claveles cultivados por la familia Fuentidueña en el siglo XVII y que continúan cultivándose en los Viveros de Estufas del Retiro. Obtentores de rosas en España y Tratados de flores y manuales botánicos escritos entre finales del siglo XVIII y principios del XIX.
En paneles se pueden ver también fotos de los zarzos y su elaboración. Esas mantas vegetales secas con las que se cubren aún los techos de los invernaderos para calentarlos. Un trabajo laborioso hecho con paja de centeno, cuyas espigas se sacuden bien para evitar la germinación del grano. Cuando no era posible encontrar centeno, se hacía con espadaña.
Otras fotos nos muestran trabajos con esquejes, planteles e injertos; exposición de aperos y otros objetos relacionados con la jardinería. No faltan los testimonios de expertos jardineros que todavía viven. Nonagenarios cuya vitalidad son la prueba fehaciente de que la actividad de la jardinería es un arma poderosas para un estado de salud óptimo y un gran aliado de la longevidad.
Esta exposición pretende dignificar los desconocidos viveros tradicionales y sus principales protagonistas, los jardineros profesionales. Comenzaron por los viveros de Madrid, pero se han ido incorporando elementos de otros viveros de España. Es una muestra de la riqueza de la jardinería profesional a lo largo de los años y un testimonio de su vigencia. Un tesoro que se puede visitar en un rincón del Retiro, junto a la Puerta del Ángel, previa cita, llamando al teléfono 915 888 889.