Se suele decir que las flores de cóleo (Plectranthus scutellarioides) son minúsculas y no son particularmente atractivas. Que los cóleos son apreciados por su follaje y no por sus flores. Yo he descubierto sus flores este verano y tengo que decir que discrepo, porque los dos cóleos que he tenido en flor han alegrado el porche con sus hojas y con sus flores.
Incluso he llegado a leer que si no se cortan las flores la planta deja de producir hojas y muere. En fin, hoy en día, en Internet se lee de todo y solo puedo decir que nada más lejos de la realidad. Es posible que las hojas no se desarrollen tanto, pero siguen siendo grandes y bellísimas y, por supuesto, la planta sigue viva (y coleando…) aunque la dejemos florecer.
Algunos hemos llegado a aborrecer esta planta de tanto verla en una casa y en otra. Sin embargo, los cóleos han vuelto “al ataque” hace ya unos años y lo han hecho muy bien preparados.
Coleo (Plectranthus scutellarioides)
Los cóleos son plantas perennes oriundas de Asia Sudoriental, África, India y Sri Lanka. En su clima nativo se comportan como herbáceas perennes. Los demás tenemos que considerarla como una planta anual, aunque no está todo dicho en ese aspecto, puesto que va a depender de nuestra zona climática, los cuidados y la protección que le proporcionemos durante el invierno.
Pertenece a la familia Lamiaceae (Labiateae) y todas las variedades de cóleo se conocen ahora como Plectranthus scutellarioides (sin. Coleus scutellarioides) por lo que técnicamente los nombres anteriores como Solenostemon scutellarioides, Coleus blumei, Coleus verschaftelti o Coleus hybridus ya no existen.
No obstante, la taxonomía de los cóleos se ha modificado ya en varias ocasiones. De hecho, en ausencia de una sociedad o registro de hibridación de cóleos, existen muchos cultivares de Coleus que han sido reclamados, renombrados e incluso patentados por viveros. En fin, un lío y, muy especialmente, una complicación para los coleccionistas de cóleos. Por ello, me voy a referir a ellos con su nombre común en español (cóleo) y así no hay duda, pero he querido mencionar su nombre científico, porque no está de más saber que en la actualidad este grupo de plantas pertenece a la especie Plectranthus scutellarioides. Dicho queda.
Selecciones de cóleos
Al hablar de cóleo debemos tener en cuenta que se trata de un grupo de plantas que en las últimas décadas ha sido mejorada por criadores hasta lograr casi “milagros” . Se han obtenido, por ejemplo, algunos cultivares que nos permiten tenerlos a pleno sol.
Además, se han desarrollado cóleos con gran diversidad de formas (bordes sólidos, con festones o lobulados) y colores de las hojas (rojo, rosado, púrpura, verde, amarillo, anaranjado, marrón). También se han obtenido variedades con diferentes tamaños de las plantas y porte erecto o rastrero.
A pesar de todo ese abanico de posibilidades, su cuidado sigue siendo sencillo. Por eso, además de la belleza de sus hojas, los populares cóleos siguen siendo esas plantas tan habituales en los hogares, tanto en interior como en exterior.
Cóleos en flor y en el paisaje
A quienes habían tirado la toalla con los cóleos por aburrimiento, os animo a que probéis la próxima primavera a incluir uno o más cóleos en el jardín o terraza, balcón, ventana o porche, cualquiera que sea el sitio donde los rayos del sol acaricien sus hojas al menos durante unas horas al día. Probad a verlos de una forma diferente y darle su oportunidad paisajística.
Dejad que las espigas desplieguen sus diminutas flores. Al descubrir la primera espiga, puede suceder que el azul o púrpura de sus flores desentone con el color de las hojas de esa variedad de cóleo. Es solo una apreciación, porque en cuestión de un mes aparecen numerosas varas florales creando una pantalla delicada que armoniza perfectamente con las hojas. Incluso hay algunos cultivares cuyas flores parecen haberse “encargado a medida” porque sus tallos florales están en consonancia con el color dominante de las hojas. Además de azul y púrpura, algunas variedades presentan flores blancas.
Para mí ha sido todo un acontecimiento disfrutar de las flores de cóleos (Plectranthus scutellarioides) que compré a principios de este verano. Durante dos meses ha sido una alegría ver esas plantas crecer y florecer en el porche. Al finalizar agosto, cuando algunas de sus flores empezaban a envejecer y caer, corté todas las varas con la intención de ayudar a la planta a desarrollarse más compacta y fuerte y pasar, así, un buen otoño. Salvé las que estaban frescas y las puse en un pequeño tarro de cristal, donde continúan dos semanas después.
Ya veré qué hago con los dos cóleos en invierno, cuando las noches empiecen a ser más frías y aumente el riesgo de heladas. Si tu zona no es de clima cálido, llegado ese momento siempre se puede optar por trasladarla al interior. También se pueden hacer unos cuantos esquejes (cuatro por planta) y dejar que echen raíz poniéndolos en agua. Una vez que tienen raíz, se plantan en macetas pequeñas que podremos situar dentro de casa en una zona orientada al sur o al este, para garantizarle luz durante la temporada invernal.
Plantas decorativas por su follaje
Si estás interesado en plantas cuyo interés lo aporta principalmente el follaje, te recomiendo que eches un vistazo al comentario del libro Gardening with Folliage First.
Al hilo de diseñar el jardín pensando primero en el follaje, os dejo con algunos ejemplos de los más novedosos cultivares de coleo, esa planta cultivada en maceta que tanto nos cansó en su día y que empezamos a adorar otra vez.
Fotos | El Blog de La Tabla y Pinterest
TEMAS RELACIONADOS