Una sola flor le sirvió para crear, casi por arte de magia, espectaculares esculturas que parecen reales.
Pero no, no es magia, sino el poder del software especializado en escaneado y modelado en 3D. Se trata del trabajo de un artista digital con sede en París. Especialista en técnicas de animación, Jean Michel Bihorel sabe que el ojo humano es el mejor dispositivo que existe, porque es capaz de apreciar detalles y planos posturales al mismo tiempo.
Modelo 3D • Una figura hecha con una sola flor
El trabajo está compuesto por 3 series, en las que las esculturas presentan figuras femeninas en distintas poses y cuidadosamente colocadas.
En el proceso de creación de las figuras de las dos primeras series, tomó como punto de partida una sola inflorescencia de hortensia (Hydrangea macrophylla). Las flores individuales de la hortensia son muy pequeñas y se rodean de una serie de brácteas que son las que dan color a la planta. Esas flores individuales se reúnen en corimbo formando la vistosa inflorescencia que puede alcanzar hasta 20 cm de diámetro. Una vez seca, comenzó su trabajo.
El uso combinado de técnicas de escaneado y software de modelado y animación en 3D (Houdini, Maya y Redshift) le permitieron capturar la imagen de esa flor, para después multiplicarla y modelarla hasta lograr formar las diferentes figuras femeninas. De este modo, casi por arte de magia, se fueron creando esas espectaculares esculturas que parecen reales.
En la tercera serie, Jean Michael Bihiorel utilizó el mismo proceso, pero en esta ocasión tomó como modelo una flor de cerezo. Maravillosas las flores del cerezo, por supuesto; y maravilloso resultado el obtenido con esa flor, sin duda.
Flower Figures • De ilusiones y flores
En cada una de las figuras de los tres apartados que componen la serie «Flower Figures» se resalta un ángulo diferente de la anatomía, llamando la atención especialmente sobre la cara, los brazos o las piernas. En el último apartado de esta serie, las figuras a base de flores de cerezo delicadamente multiplicadas, se animan e, incluso, se atreven a bailar.
Increíble, pero cierto. Para las personas que tenemos cierta edad y no estamos familiarizadas con el poder de las técnicas de animación, esa transformación nos parece algo realmente asombroso.
Pero sea como sea de complejo ese proceso, lo cierto es que el resultado es admirable. Esculturas de figuras que parecen reales y, como siempre, las plantas y sus flores dando color y calor a la escena. Pensándolo bien, si somos capaces de verlo y apreciarlo ¿por qué decimos que “parece” que es real? Claro que es real… Todo sea por amor al arte y, como dice el refrán, vale más fiarse de los ojos que de las orejas (aproximadamente).