Aquí los viajes que os ofrecemos tienen que ser virtuales y no hay presupuesto para demasiados traslados, pero sí mucha ilusión y ganas de compartirla. Digamos que lo que si hay es empeño en intentar conseguir que se disfrute de cada imagen y relato como si fueran reales.
Hoy vamos a hacerlo más fácil, sólo tenemos que mirar un rato con el corazón de un niño, un niño bueno, se sobreentiende, se admite que seamos traviesos, pero con buen fondo, si no no vale, que para eso ya tenemos el día a día lleno de gente mala, pero que muy mala. En definitiva, tenemos que conseguir llegar hasta esa edad en la que nos lo creíamos todo.
Ahora decidme si esas barras de pan, pasta, fruta, hortalizas y verduras, no os llevan a un mundo de sueños. Yo cuando veo estas imágenes sueño que la vida es como creo que tendría que ser, sencilla y con las necesidades justas. Mucho más saludable y, desde luego, más alegre.
Desde hace años, el fotógrafo británico Carl Warner recrea en una cámara frigorífica convertida en estudio fotográfico, las famosas ‘foodscapes’ , fotografías en la que los escenarios se montan utilizando únicamente alimentos. En primer lugar realiza un dibujo, a continuación, y con la ayuda de estilistas, crea la escena sobre una mesa triangular, para crear el efecto tridimensional.
Primero se monta y se fotografía el primer plano, luego el fondo y, por último, el cielo. El resto son horas de retoque fotográfico y el resultado, desde mi punto de vista, una maravilla. Se ha utilizado para una campaña publicitaria de una cadena de supermercados británicas, pero el autor reconoce que sus imágenes son una herramienta útil para animar a los niños a ver la comida de una manera más lúdica y, por lo tanto, motivarles a una alimentación más saludable.
La mayoría son escenas rurales inspirados en los campos italianos, en la que los brócolis y las hojas de col son árboles, los caminos lo forman cominos y las nubes de colifror o de mozarella cubren el cielo. El césped son hierbas del campo, las patatas grandes formaciones rocosas y el carro esta hecho con pasta de lasaña. Hay también un pequeño pueblecito de queso. Existen escenas con frutos de mar y no faltan los árboles de lonchas de beicon bordeando un camino de salami. Así infinidad de alimentos que forman numerosos paisajes bucólicos que nos invitan a jugar, adivinando qué es cada uno de los elementos que componen esa escena. Os animo a mirar un rato, no os arrepentiréis, se está francamente bien en este pequeño país de las maravillas.