Hay jardines que parecen haberse diseñado para disfrutarlos en invierno, donde la estructura y la forma cobran protagonismo frente a los vivos colores.
En este caso no es una mera apreciación, sino la realidad que persiguió Tom Stuart-Smith cuando se puso manos a la obra en el diseño de los jardines de Broughton Grange en Oxfordshire, Reino Unido. En ese apreciado jardín campestre desarrolló un jardín amuralldo tradicional que conecta con el paisaje que le rodea, pero lo hace de una manera sutil, gracias a una siembra suave y abundante durante el verano y muy marcada durante el invierno.
Esa división, que puede disfrutarse especialmente durante el invierno, la forman dos túneles de gran tamaño de haya recortada. Son elementos de topiaria que ofrecen intensas tonalidades verdes durante la estación estival, y en invierno, tiñen el jardín de un tono dorado oxidado que recuerda al acero corten, dejando pasar -como se aprecia en esta fotografía de Clive Nichols– el sol invernal a través de sus ramas medio desnudas. Una maravilla…
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